AQUEL ANCIANO PENSABA...

AQUEL ANCIANO PENSABA
Aquel anciano pensaba sentado sobre su sillón de mimbre, como la vida se le acababa siempre buscando la lumbre. Sobre su mente de anciano iba recordando andares, caminos y otros lugares donde trabajo sin límite. Su frente todo arrugada, con las manos destrozadas, tiene en su memoria grabada lo que a veces le conviene. Fechas que tiene marcadas de sus pasos por la vida, en sus sendas mal pisadas notó su ruta perdida. Tiene presente en su mente las pasiones de la vida, el amor a las mujeres, el soñar horas divinas, y comprobar los placeres de pisar en las colinas. El anciano se pregunta, donde se marchó mi vida, y a veces hasta se asusta al llegar su despedida. Con los ojos de tristeza sin ser soñador respira, que sabe que su torpeza no tuvo ninguna gira. Apenas abre los libros en sus horas indecisas, y busca ciertos estribos al ver que todo son trizas. Su caminar se ha perdido al sentirse muy cansado, es un hombre convencido de ver la muerte a su lado. No quiere tener visiones de soñar con un gran cielo, el comprende las razones cuando no le dan consuelo. En las mañanas más frías teme sentir sensaciones, y no quiere pisar rías ni soñar con ilusiones. Aquel anciano un buen día esperando que amanezca, comprendió que su alegría sobre su mente no crezca. Las noches las va aguantando entre sueños temblorosos, toda su vida llevando, buscando vientos dichosos. Aquel hombre vio llegando las brisas de la mañana, con su cuerpo tiritando al sentir la noche vana. Un suspiro tan profundo que su vida se acababa, el hombre dejo esta vida en la fría madrugada, Van tocando las campanas en su villa castellana, y preguntan los vecinos quien dejó esta vida sana. Aquel anciano cansado no quiso hablar con desgana, en su cuerpo degradado fue un hombre con vida humana. Preguntando los vecinos por aquella encrucijada, hablan de sueños divinos en la fría madrugada. G X Cantalapiedra.