CUANDO EL NEGOCIO NO DA...

CUANDO EL NEGOCIO NO DA
Aquel hombre lasecano, alto y bien vestido, era un labrador de los que llaman de abrigo, decía de vez en cuando si el capital no te da para levantarte a las once de la mañana, no merece tener capital. Y el hombre lo llevaba a tope su intuición, le vi cuando yo iba al colegio de pequeño como este hombre estirado y luego con bastón en la mano, le veía pasar camino del Círculo de Labradores, donde creo que echaría su partida de cartas o domino, Era un hombre respetado, y creo que buena persona, solamente iba a visitar a sus obreros cuando las fincas estaban cercanas a la Villa, y el verano pisaba la era para ver el grano como estaba de granado, El hombre aquel parece ser que entendía mucho la agricultura, y nunca llegó a estar en la ruina, Eso sí al morir sus descendientes vendieron todo su capital, fincas y casa, y animales de labrar la tierra. Muchas personas le tenían envidia, era lo normal en aquellos tiempos y ahora lo hubiera sido igual. Ya decía el poeta zamorano, León Felipe Camino Galicia. “español pudo más tu envidia que tu honor”. No se equivocaba en nada, en la Castilla dominadora de hace siglos, la envidia afloraba en cualquier rincón, y había un dicho que se oía de vez en cuando, “si la envidia fuera tiña cuantos tiñosos habría”, Este hombre que pisaba la Calle del Cristo sin demasiados problemas, sabia que sus fincas que parecían ser buenas le darían cosecha para pagar a sus obreros y el vivir dignamente si abusar de grandes vicios. Me contó un familiar mío hace años, que decía este hombre, “si el negocio no da para levantarse a las once de la mañana, deja o vende el negocio, no merece la pena estar mirando al cielo para ver que cosecha se recoge. Estos diálogos fueron verdaderos, y estos hechos la mayoría de la gente de entonces de la Villa los conocía. G X Cantalapiedra.