"Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

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Foto enviada por Coral



En tanto así se comentaba por las mujeres, todas las conversaciones habían subido de tono, y ya nadie se entendía allí. Tocaba su turno a los postres, inacabable serie de golosinas con que no parecía saciarse nunca la voracidad labriega. El arroz con leche fué recibido con palmas. Continuaba, sin embargo, circulando el vino como por una cañería admirablemente dispuesta. Vinieron a la mesa las roscas, especie de rosquillas con baño de blanca espuma; las pastas finas, las confitura, los dulces de toda ... (ver texto completo)
Oye sobri, ¿sabes que se vende esta casona palacio? Me llegó un correo con el anuncio de su venta
Madreeeeeeeeeee! ¡Donde andaba que no había paraooooo!

Contunuación de:

LA FIEBRE

Todos se apresuraron a hecerle sitio y a darle el parabién por su restablecimiento. Mirábanlo a hurtadillas las mozas; permitñianse los hombres, en voz baja, cieryos chistes y bromas picarescas, que se reían con disimulos, y las madres, contemplando al gentil mancebo, se condolían de él como de una persona de la familia.
¡Pobre!.... ¡Cuanto había penado! ¡Dichosa fiebre! Ya se echaba de ver que era hijo de ... (ver texto completo)
En tanto así se comentaba por las mujeres, todas las conversaciones habían subido de tono, y ya nadie se entendía allí. Tocaba su turno a los postres, inacabable serie de golosinas con que no parecía saciarse nunca la voracidad labriega. El arroz con leche fué recibido con palmas. Continuaba, sin embargo, circulando el vino como por una cañería admirablemente dispuesta. Vinieron a la mesa las roscas, especie de rosquillas con baño de blanca espuma; las pastas finas, las confitura, los dulces de toda ... (ver texto completo)
Cuando Mariuca iba al baile, siempre en compaña de las otras rapazas iba, y eso buscaban, sin que la linda moza lo viese; que más ceamos cuanto más quieren ver los ojos. No fueron tan cobardes los suyos que dejasen de mirar al hombre que, como tantos más, la pidiera el cariño con el amor de la forastera, llevárase la vida también. Llamábanlo de nombre Valerio, Cenceño era el mozo y garrido como ninguno, y galán mañoso en la arada y plantado en la rosca o en la bolera, bravo en la ronda y terne en ... (ver texto completo)
¡Jolin! ¡Vaya lejos que andaba ya!.... Para finalizar el día, por mi parte, voy a seguir con el cuento sobre esos amoríos entre rapazas y rapaces de León..... A ver que nos depara.

Ya cuenta que, al danzar con él la primera tarde, escuchará la niña, al tanto de su reir, las cortesías con que hubo de estimar el mozo la gracia: que aquel afán por sonreirle, aquel mirarlo apasionadamente, aquel encerrársela el querer en el alma, la llegó todo junto y a la par a Mariuca. De la plática de aquellas ... (ver texto completo)
Y ahora seguimos con el cuento, donde lo dejamos...

Temida andaba la moza con aquel pasmarse todos de verla cuando el aquél de verla pintaba. Esto era en días del Señor, o de venir danzantes, o si se escuchaba aende, por la canícula, tornando al lugar. el son de las riberiegas, llevado por el pandero. Estoy por deciros que de todas las bocas salían las mismas alabanzas: << ¡Es Mariuca! ¡Mariuca! ¡La hija del linero! ¿No sabéis? ¡Mariuca!>> con decir su nombre se había emponderado lo mejor del ... (ver texto completo)
Cuando Mariuca iba al baile, siempre en compaña de las otras rapazas iba, y eso buscaban, sin que la linda moza lo viese; que más ceamos cuanto más quieren ver los ojos. No fueron tan cobardes los suyos que dejasen de mirar al hombre que, como tantos más, la pidiera el cariño con el amor de la forastera, llevárase la vida también. Llamábanlo de nombre Valerio, Cenceño era el mozo y garrido como ninguno, y galán mañoso en la arada y plantado en la rosca o en la bolera, bravo en la ronda y terne en ... (ver texto completo)
Por las noches, sobre todo, entregábase aquel amor a sus más dulces expansiones, a que dificilmente ponían fin las despedidas interminables, seguidas de nuevas frases de cariño, nunca lo bastante reiteradas para la confianza amorosa de ambos corazones que sólo por algunas horas se habían de separar.
La voz del novio, frívola y opaca, de inflexiones tiernas, algo enroquecidas por el vicio, llegaba desde abajo, desconsoladora para la pobre niña:
-Adiós, vidita, hasta mañana.... Ya sabes que vendré. ... (ver texto completo)
Sútil como un suspiro sonaba la voz de pilarito, siempre temblorosa de emoción al responeder al último adiós de aquel buen mozo, en cuya figura apuesta de señorito rico y elegante parecían estar prendidas todas las bellas cualidades físicas a propósito para la seducción de la mujer. Decíase de su condición egosista, grosera, e incapaz de alteza moral ni de generosidad alguna. pero no; así eran los que tenían que se así desde el momento en que sabían que ni siquiera su figura atractiva y elegante ... (ver texto completo)
Porque la pasión prendió en su sentir de amorosa niña solo para turbar una risa franca entre los labios rojos, como si a ellos asomara el alma su inocente alegría?. Aquel humilde drama del corazón, desarrollado en el pecho de una niña enferma, no pudo tener mejores auspicios. Respondiendo a ellos, brotaba eternamente la sonrisa de felicidad que acogía las miradas de adoración muda dirigidas a aquel ángel, el cual instalábase en su balcón como en un altar venerado, para devolver desde allí todo el ... (ver texto completo)
Por las noches, sobre todo, entregábase aquel amor a sus más dulces expansiones, a que dificilmente ponían fin las despedidas interminables, seguidas de nuevas frases de cariño, nunca lo bastante reiteradas para la confianza amorosa de ambos corazones que sólo por algunas horas se habían de separar.
La voz del novio, frívola y opaca, de inflexiones tiernas, algo enroquecidas por el vicio, llegaba desde abajo, desconsoladora para la pobre niña:
-Adiós, vidita, hasta mañana.... Ya sabes que vendré. ... (ver texto completo)
Acompañando a el cuento recordaremos algunas fotos del pueblin

Mas, volviendo a tomar el hilo del relato, no hay que decir que eran aquellos tiempos revueltos en los que el personal -de uno y otro signo-, sin sospechar que se estaba iniciando la historia de España para los próximos cuarenta años, si se daba cuenta de que se jugaba -y se jugaba fuerte- algo muy importante en el futuro inmediato y, unos y otros, esperaban salir gananciosos de aquel juego trabajando y esforzándose a fondo para lograrlo.
Y, por eso, todos los partidos pusieron en movimiento a sus jefes, afiliados y simpatizantes, y menudearon tanto las ecuaciones y los discursos y escritos programáticos cuando las pintadas y carteles, de los que por entonces comenzaba a hacerse ya notable el abuso.
SIGUE:

EL LILAR DEL CEMENTERIO

Y vino la dictadura, y luego la Dictablanda, y a éta siguió la Pepública y después el Alzamiento, la Guerra Civil, los años de paz y la llamada transición, y aquélla que a nadie perdona se fue cobrando su maquila y reduciendo bastante el número de los protagonistas de esta historia y, cuando ya solo quedaban seis o siete de los veintitantos que fueron, un día de primavera en que los supervivientes secaban al sol, en el atrio de la iglesia, los catarros y reúmas ... (ver texto completo)