"Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

Más como el vino y la comida abundante desatan las lenguas, al final de la merienda, pecando
Foto enviada por Coral


-Pepe de estas píldoras te tomas una después de cada comida, te pones una inyección diaria y aprovechando el fin de semana te metes en la cama y lo pasas allí bien abrigado. Si hubiese novedad, que no lo creo, me llamas; iré a visitarte el lunes por la tarde y ya veremos como se desarrolla esto.
-Pues yo pensaba llegarme hasta Riaño, para pescar, que tengo coto
-Ni se te ocurra semejante barbaridad y menos con la nevada que han anunciado por la radio para el domingo.
- ¡Anda!, si es por eso no hay que alarmarse; no suelen dar ni una….
-Alguna vez acertarán y, de todas formas, no es aconsejable que te expongas al aire, ni aunque haga sol.
- ¡Pero hombre!....
- ¡Nada! ¡No hay excursión que valga!; te lo prohíbo formalmente. ¡Ya irás a pescar en otra ocasión!.
Más como el vino y la comida abundante desatan las lenguas, al final de la merienda, pecando de ingenu, aquel ermitaño a mal de su agrado tuvo la desdichada ocurrencia de preguntar:
- ¿Hay lobos por aquí?
Y, naturalmente, sin faltar a la verdad aunque exagerándola un tanto, alguno de los visitantes le contestó:
- ¡Todos los que usted quiera! ¡A centenares!. Asustado el pintor inquirió
- ¿Son peligrosos?
-Pues.... si se juntan muchos y tienen hambre, pueden atacar a las personas, si es lo que usted quiere saber.
- ¡Deminio!; me da cierto recelo pasar la noche aquí....
-No se preocupe, que estando bien cerrada la sacristía, no hay caso de que puedan entrar aunque lo intenten -le respondió el cura de nuestra historia, dejándole más tranquilo. ... (ver texto completo)