"Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

Que fue el sistema empleado en León por los jefes de Falange que, hasta entonces, había logrado
Foto enviada por Coral



Pilarito no volvió a ver a su novio. El desengaño acabó de quebrantar su débil organismo, martirizado por los anhelos e inquietudes de aquel amor. A no querer continuar dándole la vida, aprovechando para ello el menor descuido que advertía en su casa, tal vez se hubiera curado la enamorada enferma. Así se agravó más. Pagados con el desvío los sacrificios que a costa de su salud se impuso y que acarrearon la agravación del padecimiento, las energías todas de la linda vecinita parecían haberla abandonado ... (ver texto completo)
No podía Pilarito arrancar sentidos acentos al piano como algunos meses antes, cuando iba convaleciendo ya y parecía sentir miedo de entrar nuevamente en la vida. Recordaba yo aún su preferencia por ciertas obras, entre ellas, El crepúsculo, de Massenet, cuyo poemita se acompañaba algunas tardes, sin que pudiera advertirse que lo iba cantando más que por el leve movimiento que se percibía en sus labios sin color. Pálidos aún por la fiebre que poco antes les abrazara y que marcaban los versos de ingenua melancolía como si pretendieran besar aquellas frases, cuyo rumor acallaba el piano dulcemente:
Comme un rideau, sous la blancheur
de leurs pétales rapprochées,
les lis onte enfermé leur coeur..... ... (ver texto completo)
Aguardó la respuesta. Y escuchó la confesión dolorosa, que acompañó el llanto, imposible de contener aquella noche. No, no era mentira. Por que le quería tan de veras, lo sabían todos menos él. Fácil le fué a Julio el intento de tranquilizar a la novia doliente, ya que a él le dejó tranquilo la revelación. pero ella no podía más. La enfermedad había vencido, y ni disimulos ni abnegaciones podían ya seguir encubriendo las señales terribles de su desgracia. El novio cambió de parecer. Eso era otra ... (ver texto completo)
Pilarito no volvió a ver a su novio. El desengaño acabó de quebrantar su débil organismo, martirizado por los anhelos e inquietudes de aquel amor. A no querer continuar dándole la vida, aprovechando para ello el menor descuido que advertía en su casa, tal vez se hubiera curado la enamorada enferma. Así se agravó más. Pagados con el desvío los sacrificios que a costa de su salud se impuso y que acarrearon la agravación del padecimiento, las energías todas de la linda vecinita parecían haberla abandonado ... (ver texto completo)
Que fue el sistema empleado en León por los jefes de Falange que, hasta entonces, había logrado allí miu pocos prosélitos y los que tení, como eran estudiantes, andaban en su mayor parte repartidos por aquellas ciudades comarcanas que contaban con universidad.