"Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

Os recuerdo que, como en otras ocasiones, lo iremos descubriendo juntos, dado que ha medida
Foto enviada por Coral



Os recuerdo que, como en otras ocasiones, lo iremos descubriendo juntos, dado que ha medida que lo voy leyendo lo voy escribiendo. Así que pido un poquito de paciencia por el espacio de tiempo que trascurre entre mensaje y mensaje.

Vamos con el cuento:

EL BARQUERO DEL ESLA

I

La barca se deslizó lentamente por el agua obscura y cruzó el río, acariciándolo con las viejas tablas de su armazón. La cadena, atravesada de una orilla a otra, rozó ligeramente el madero de la barca, clavado y fijo ... (ver texto completo)
Dirigió la joven su mirada por la campiña, ansiosa de ver lo que no descubrían sus ojos, y, cansada de esperar, se sentó sobre la fresca hierba que las aguas del río bordeaban en su callado arrastre, en su perezoso curso.
Con el aislamiento que busca el amor, cuando el amor no se atreve a revelarse, era mayor la inquietud que hacía presa en aquel espíritu de mujer enamorada.
- ¡Cuánto tarda hoy! ¡Si no vendrá!....
Y un estremecimiento extraño recorría su cuerpo, agitándolo en brusca sacudida. ... (ver texto completo)
Os recuerdo que, como en otras ocasiones, lo iremos descubriendo juntos, dado que ha medida que lo voy leyendo lo voy escribiendo. Así que pido un poquito de paciencia por el espacio de tiempo que trascurre entre mensaje y mensaje.

Vamos con el cuento:

EL BARQUERO DEL ESLA

I

La barca se deslizó lentamente por el agua obscura y cruzó el río, acariciándolo con las viejas tablas de su armazón. La cadena, atravesada de una orilla a otra, rozó ligeramente el madero de la barca, clavado y fijo por si pie en el lado de la borda que recibía el choque de la corriente.
Resaltaba sobre el negro fondo la arrogante figura de aquella mujer. Su busto, delicado y esbelto, se doblava levemente al bracear con las manos cogidas a la cadena; y el óvalo de su rostro, blanco y fino, contraíase a los repetidos impulsos que el cuerpo, para avanzarse, imprimía a la barca. Ésta llegó por fin a la otra orilla, y la moza fresca y hermosa saltó a fuera del río y amarró la vieja embarcación al grueso tronco que sujetaba aquel extremo de la cadena. ... (ver texto completo)