"Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

¡Que bueno! ¡Con que D. Guillermo cortejaba a la hija del tío Basilio!..... ¡Con que hablaban
Foto enviada por Coral



Clama el viejo narrador contra aquella costumbre, de un continuo retoñar en las mozas de hoy. Acaso la iracundia de sus palabras revele que andubo prendado de la linda forastera, y el tono de su narrar se imite a un sollozo por la suerte de la niña gentil. Acaso esta memoria le traiga algún remordimiento por haber gozado también de aquella costumbre en sus mocedades. Ello no le ha consentido cejar en su condena de aquel uso, que a las mozas de ahora las hizo traer su origen de otras hembras que sin ... (ver texto completo)
<<Adiós, que no he de volver
a cantar a tu ventana;
mañana voy a la guerra,
ya no me verás mañana.>>

Al escuchar la canción, las mozas humillan, sin saber porqué, la frente, con esa condición de la mujer, que da igual modo esconde el rubor de la inocencia y la vergüenza de su pecado. No entran los mozos, como otras noches, a deseos del abuelo, que hoy se ha dormido, por que se vean los semblantes más a la luz y alcensu frente las conciencias honradas; que la puerta abrieron ya las mozas con ... (ver texto completo)
¡Que bueno! ¡Con que D. Guillermo cortejaba a la hija del tío Basilio!..... ¡Con que hablaban a altas horas de la noche, junto al río, después de pasarle ella a él en la barca!.... Y debían quererse mucho, porque le habían visto salir de entre la arboleda.... ¡No era mala colocación la que se había buscado la moza! Por eso despreciaba a tantos otros. Lo mejor era un novio rico y que, además, no fuese de la villa: como no lo era ella tampoco, como no lo era su padre.... ¡Así, así!.... Y cualquier ... (ver texto completo)
Y continuaba el chismorreo. Y ahora cundían la burla y la chacota con la misma rapidez que antes sirviera para propagar la primera noticia de aquellos amores.
¡Pobre tío Basilio! No sabía nada, y era necesario contarle aquella novedad. Tal vez se alegrase mucho.... ¡Él sin saberlo!. No, no: había que decírselo.
Y comenzaron las frases equívocas, las palabras mordaces, las chanzas sobre su honra, las pullas a la belleza de su hija.....
El pobre barquero no veía a nadie; pero oía, a pesar suyo, ... (ver texto completo)
¡Que bueno! ¡Con que D. Guillermo cortejaba a la hija del tío Basilio!..... ¡Con que hablaban a altas horas de la noche, junto al río, después de pasarle ella a él en la barca!.... Y debían quererse mucho, porque le habían visto salir de entre la arboleda.... ¡No era mala colocación la que se había buscado la moza! Por eso despreciaba a tantos otros. Lo mejor era un novio rico y que, además, no fuese de la villa: como no lo era ella tampoco, como no lo era su padre.... ¡Así, así!.... Y cualquier noche, para rematar la fiesta, se escapaban los dos tórtolos, sin despedirse del tío Basilio y dejándole la barca del otro lado..... ¡Que bueno estaba!.... Tanto cuidar el barquero de su moza, y ella, metida en aquel enredo, emperrada en querer a aquel hombre, que podía, con toda su fortuna, cubrir el Esla de tantos puentes como barcas tenía en su curso..... ... (ver texto completo)