Las mozas daban, en el comedor, una nota alegre al festín con los tonos claros de sus chambras, entre cuyos escotes ondulaban lo collares de aljofar y coral. En cambio, el tono sombrío lo daban los curas, quienes, mientras comían sosegadamente los denás comensales, sin dejarlo un momento, se apresuraban a despachar cuanto antes y, sin compasión de sus años, metían prisa al pobre D. Pedro, el viejo capellán, cuyas mandíbulas maniobran despacio y sosegadamente.
Les aguardaba la partida de tresillo, ... (ver texto completo)
Les aguardaba la partida de tresillo, ... (ver texto completo)
Madreeeeeeeeeee! ¡Donde andaba que no había paraooooo!
Contunuación de:
LA FIEBRE
Todos se apresuraron a hecerle sitio y a darle el parabién por su restablecimiento. Mirábanlo a hurtadillas las mozas; permitñianse los hombres, en voz baja, cieryos chistes y bromas picarescas, que se reían con disimulos, y las madres, contemplando al gentil mancebo, se condolían de él como de una persona de la familia.
¡Pobre!.... ¡Cuanto había penado! ¡Dichosa fiebre! Ya se echaba de ver que era hijo de ... (ver texto completo)
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LA FIEBRE
Todos se apresuraron a hecerle sitio y a darle el parabién por su restablecimiento. Mirábanlo a hurtadillas las mozas; permitñianse los hombres, en voz baja, cieryos chistes y bromas picarescas, que se reían con disimulos, y las madres, contemplando al gentil mancebo, se condolían de él como de una persona de la familia.
¡Pobre!.... ¡Cuanto había penado! ¡Dichosa fiebre! Ya se echaba de ver que era hijo de ... (ver texto completo)