"Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

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Foto enviada por yoli


¡Huyyy Nieves igual no lo copié entero, perdona, ya luego reviso no sea qué me haya despistado yo
Un besin guapa
A ver Nieves, que ya lo revisé y ese es el cuento completo tal como me lo reenvió Anamaría de un correo tuyo. Son cuatro páginas, revisa tú no sea que no lo hayas enviado completo
Qué lindas fotos has puesto, Yoli, para acompañar el relato de "El Maestro". No encuentro el desenlace que, seguro, ha de estar en medio de tantas fotos de la gente que participa del foro. Esta es una historia, que el maestro iba casa por casa para enseñar, que el padre de una amiga, asturiano él, y con muchos años sobre sus espaldas, me ha contado. Lo demás, por supuesto, es imaginación... sólo un pequeño homenaje a mis amigos de Canales. Gracias! Un abrazo.
¡Huyyy Nieves igual no lo copié entero, perdona, ya luego reviso no sea qué me haya despistado yo
Un besin guapa
Página 3

.... Estanislao Villamayor era un hombre simple y bueno y estaba orgulloso de albergar al maestro en su casa. Los domingos lo invitaba a la taberna, aunque Ramiro a veces ansiaba un poco de soledad. Así, buscando a su vieja compañera de ruta, salió una tarde camino al pueblo. Aprovecharía la caminata para buscar hojas y tallos y podría observar las aves que abundaban en esos parajes.
De pronto, airadas voces que cada vez oía más cerca, hicieron que se detuviera y escuchara con atención. ... (ver texto completo)
Qué lindas fotos has puesto, Yoli, para acompañar el relato de "El Maestro". No encuentro el desenlace que, seguro, ha de estar en medio de tantas fotos de la gente que participa del foro. Esta es una historia, que el maestro iba casa por casa para enseñar, que el padre de una amiga, asturiano él, y con muchos años sobre sus espaldas, me ha contado. Lo demás, por supuesto, es imaginación... sólo un pequeño homenaje a mis amigos de Canales. Gracias! Un abrazo.
Página 3

.... Estanislao Villamayor era un hombre simple y bueno y estaba orgulloso de albergar al maestro en su casa. Los domingos lo invitaba a la taberna, aunque Ramiro a veces ansiaba un poco de soledad. Así, buscando a su vieja compañera de ruta, salió una tarde camino al pueblo. Aprovecharía la caminata para buscar hojas y tallos y podría observar las aves que abundaban en esos parajes.
De pronto, airadas voces que cada vez oía más cerca, hicieron que se detuviera y escuchara con atención. ... (ver texto completo)