Un escalofrío recorrió su cuerpo y las piernas le fallaron, cayendo de rodillas delante de la imagen. Pidió perdón, lloró y suplicó perdón por esa mala acción. Así estuvo prácticamente durante toda la noche. Cuando la luz del alba despuntaba, se fue de nuevo deambulando por las calles de León, hasta que se perdió entre ellas.
Cuenta de nuevo la leyenda, que un tiempo después, alguien llamó a la puerta del convento de los Franciscanos, situado en las afueras de León, y después de explicar los hechos acaecidos días antes, atravesó los muros del convento para no salir nunca más de ellos. Relatan la ejemplar vida de este caballero hasta el día de su muerte como hermano lego franciscano.
Cuando en la ciudad corrió la noticia y era conocida por todo el pueblo de León, la Virgen empezó a ser conocida como la Virgen del Dado. ... (ver texto completo)
Cuando en la ciudad corrió la noticia y era conocida por todo el pueblo de León, la Virgen empezó a ser conocida como la Virgen del Dado. ... (ver texto completo)