Hasta el siglo XII los pobladores de la montaña eran esencialmente libres, respondiendo solo ante el rey. Esta situación cambió a medida que el poder real se debilitaba frente a la nobleza emergente, la cual intentó imponer su dominio sobre los concejos. Estos últimos consiguieron una victoria inicial en el siglo XIII, al otorgar Alfonso X el Sabio fueros que confirmaban a Omaña, —compuesta entonces por los concejos de Paredes, Traversales, La Lomba de Campestedo y Omaña— Luna, Babia, Laciana y otros ... (ver texto completo)