Hemos querido recoger algunos pasajes de esta historia-leyenda que se mantiene viva por los montañeses de la comarca, especialmente por los lugareños del propio Arintero, que como los buenos de Rodrigo, Goro y Tomás, han conservado en la memoria detalles inéditos de la tradición oral acerca de este bello romance. Leyenda constatada Las distintas versiones que se le han dado a este hecho a través de estudios realizados por el Padre Getino, el General Benavides Moro, el Padre López Tascón y Mariano Domínguez Berrueta, lejos de alcanzar para la Historia la verdadera actuación de la Dama de Arintero, han deformado la personalidad de esta heroína leonesa que aparece rodeada de un halo de fantasía sólo admisible como creación imaginativa. Sin embargo -como dice don Maximiliano G. Flórez en su libro «La Montaña de los Argüellos»- «hay un hecho cierto e indiscutible. En Arintero existieron esos privilegios desde tiempo inmemorial, hasta los años de nuestros abuelos». Nosotros, por nuestra parte, hemos podido observar que en el entorno de «las siete leguas», que dice la leyenda que abarcan las concesiones reales, se encuentran varios escudos correspondientes a la Dama de Arintero, localizados en los pueblos de Boñar, Valdecastillo, La Cándana, Cerecedo de Boñar, y el propio Arintero. Todos ellos, bajo la figura ecuestre de la valerosa Juana, tienen el denominador común de la siguiente leyenda:
Si quieres saber quién es
este valiente guerrero
quitad las armas y veréis
ser la Dama de Arintero». ... (ver texto completo)
Si quieres saber quién es
este valiente guerrero
quitad las armas y veréis
ser la Dama de Arintero». ... (ver texto completo)