El efluvio de este escenario rural, pequeño como un pañuelo de hierbas y grande como un amor o una nostalgia inspirada, quedaron muy vivos en el hormigueo poético de tres hijos de estas ribera del Luna. Entre los tres hay una diferencia de lustro, más o menos, en la edad, convivieron dentro de la parca vecindad lugareña, pero tuvieron proyecciones infantiles en el juego o la escuela, o juveniles en el cortejo, con distintas promociones. Después, con mayor o menor relación, cuando la vida los separó, ... (ver texto completo)