Buen rincón este de tierra frutal, florestal y hortelana marjales junto al río y los regueros, y entre los marjales, a la vera del primer surco o junto a la gran piedra majonera, nuestro buen amigo el sapo. No lejos, en el charcal de los regachos o las senras, la rana innúmera. El sapo, en soledad, sueña u otera; la rana, al decir del cu-cu, "pelona", "fofa y buchona", "chata y fondona", canta a lo loco, a lo loco, a lo loco. ¡Oh, el gran sapo campanero, en su soledad y con su flauta, tan limpia ... (ver texto completo)