EMPEZAMOS CON LOS CUENTOS, "Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

EMPEZAMOS CON LOS CUENTOS

I

EL LILAR DEL CEMENTERIO

Por vísperas de San Juan, hace ya muchos años y en uno de los más desarreglados de clima que ha dado el siglo, los mozos de cierta vill de la ribera del Órbigo, reunidos en concejo, andaban cavilando sobre el modo de cumplir con la vieja tradición del ramo.
Lo inestable del tiempo -con fríos y calores extremados y períodos de sequía entreverados con otros de lluvias torrenciales- sobre augurar mala cosecha, hubo de impedir, en gran manera, el normal desarrollo de las flores silvestres que, en años mejores, les habían servido para adornar, durante la noche del Santo, los balcones y ventanas de todas las mozas casaderas.
Y aunque no dejaban de verse ya algunos rosales floridos en patios y huertas, sus dueñas se miraban en ellos y los hacían vigilar cdon atención por los respectivos maridos, que solían tener a mano la escopeta y unos cartuchos de sal y no dudaban en utilizarlos si la ocasión se ofrecía.
Y no es que los mozos no se atreviesen, usando de nocturnidad, a emprender el asalto de cualquier huerta -así fuese la del cura- sino que, ni aún entrano a saco en todas ellas y esqilmándolas a porfía, habrían juntado rosas suficientes para cumplir su intención. ¡Tanto releaban las flores aquel año!.

CONTINÚA.

Foto de un precioso y cumplido rosal de nuestro pueblo.