Y fue el caso que algunos días después de aquella conversación que reseñé, la policía, ejecutando una redada dispuesta por superior mandato, irrumpió en los cafés de referencia cuando los gritos subersivos eran más fuertes y se llevó a todos los miembros de la peña, Manolo incluido, a pernoctar en el edificio de
San Marcos que, por entonces servía de cárcel.