Cayó el Frente del Norte, los contertulios de aquel café fueron sometidos a juicio, testificaron en él varios falangistas que sabían muy bien de las andanzas de Manolo durante la preparación de las últimas
elecciones y, mientras sus compañeros salieron desterrados por varios años hacia distintas ciudades de
España, el protagonista de esta historia fue puesto en libertad sin cargo alguno, porque así son las paradojas de esta vida y a veces sucede que lo que en principio parece un mal se convierta, con el paso del tiempo, en la más favorable de las fortunas.
FIN