Pues ahí va una silva, mi primera silva, ya le ha dado Cabrero II el visto bueno y he aprobado.
Soñando que me esperas
corría raudo el tiempo
oliendo a
primaveras,
robando de tu vida aquel momento
que quiero perpetuar para el futuro,
esconderlo dentro del corazón
en un lugar seguro.
¡Que sólo lo conozca tu pasión!.
Las mieles de tu amor, estado puro.
¡No me hables de traición!.