Ya se fué el verano
de vivos colores
de verdes praderas
y campos de flores.
Ya se fué y con el
también su alegría,
ya llegó el otoño
con hondos suspiros de
melancolía.
Los campos ya secos
se van agostando
y a los arbolitos
el viento del norte
los va deshojando
Hay niebla en el río
en el valle llueve.
Y en los altos picos
tienen las montañas
corona de nieve.
Los niños ancianos
y convalecientes
Ya por los cristales
miran tristemente,
pasando las hojas
tras de la vidriera
con pena mirando
sus manos de cera.
Y las golondrinas
ya van a partir
pues llegó el otoño
con su capa gris.
El jardín ya tiene
marchitas sus flores,
sólo en sus orillas
quedan crisantemos
de vivos colores,
que ya solo esperan
su triste destino
que pronto les lleva
hasta aquella tumba
que ya les espera.
Y casi marchitos
regados con llanto
quedan con los muertos
en el campo santo.
Su fuerte perfume
inspira silencio
como las campanas
que tocan a muerto.