A finales del siglo XIX, el edificio fue vendido por Fernando Quiñones de León, Primer marqués, "Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

A finales del siglo XIX, el edificio fue vendido por Fernando Quiñones de León, Primer marqués de Alcedo, a don Fernando Miranda, personaje de Riolago a quien el cura Arienza cita y alaba con frecuencia en sus crónicas y poemas. Cuando ocurrió la transacción, varias piedras de armas y lápidas con inscripciones fueron desmontadas y llevadas a otros lugares por sus antiguos dueños. Alguna, durante la operación, se rompió e hizo pedazos tal como el propio Marqués de Alcedo dejó escrito y Luis Pastrana recogió en su trabajo Reconstrucción y Rehabilitación de la Casa de los Quiñones en Riolago de Babia. (2) Es muy posible que un trozo de esa malograda estela sea el que hoy adorna la fachada norte de la Casa del Escribano, donde puede leerse: en campos maroceanos siete jaqueles de gvles tres de veros celestes margaritanos restavradores primeros. Estas palabras coinciden con los cuatro primeros versos del texto completo que había grabado en la piedra desaparecida y que Luis Pastrana publicó en el trabajo antes citado: