El río por excelencia de Las Salas es el río Esla, en cuya margen derecha se asienta el pueblo. En el Esla desembocan multitud de arroyos, regueros y el cercano río Dueñas o "río pequeño", convirtiendo a aquél en un caudaloso río que da vida a todo el valle. Antes de construirse el pantano de Riaño (o más exactamente de "La Remolina" como dicen inexplicablemente los carteles), el Esla a su paso por Las Salas era un río truchero de primer orden y una zona paradisíaca para disfrutar del baño y del sol. Hoy, desgraciadamente, queda reducido a un tema para
fotos y postales, pues su abultado caudal y la temperatura del agua, no superior nunca a los 8º C, lo hacen impracticable para aquellas delicias.