Tras ser elegido Emperador, Carlos V desembarcó en Laredo (
Cantabria) a su regreso de
Alemania y se quedó por segunda vez en Aguilar de Campoo en julio de 1522. Durante esta estancia visitó el sepulcro de Bernardo del Carpio, valiente y esforzado caballero, vencedor de la batalla de Roncesvalles, que estaba situado junto al Monasterio de
Santa María la Real, llevándose su espada, la cual se encuentra actualmente en la Real Armería de
Madrid.
Foto: Claustro de Santa María la Real.