Este buen señor tieso como estatua, no puedo ni siquiera imaginar cómo logra esa quietud, apenas una guiñada de ojo o un esbozo de sonrisa cuando alguien se le acerca. Estaba en la calle que va desde
Santo Domingo a la Catedral. Quién me dice cómo se llama esa calle? Anamaríaaaaa! (Yoli está ocupada con los consuegros!)