Sigue la leyenda -que en algunos momentos deja de serlo por existir documentos históricos- situando a la dama en plena lucha, y en un momento dado, al arrojar una lanza contra el enemigo, se desabrocha el jubón y quedan al descubierto sus atributos de
mujer con el consiguiente asombro de la soldadesca. Enterado el rey llama a su presencia a la joven Juana, que entre medrosa y sofocada trata de ocultarle su condición femenina.