Comimos, en lugar bien recomendados. Porque ahí va nuestra anécdota.
En llegando a "Potes", y buscando cómodo aparcamiento..... Uno saliendo de donde tenía el coche aparcado, no nos ve y.. ¡ZAS! nos da al dar marcha atrás. La sorpresa fue cuando salimos, tanto él como nosotros, para ver los posibles desperfectos causados. La sorpresa fue al comprobar que el causante de la infracción era un policía municipal. El
hombre no sabía cómo pedir disculpas y subsanar su error. No fue nada, casi ni nos llegó a rozar, pero vamos nos hubiera pagado, si hubiera sido necesario, el coche nuevo. Al final se convirtió en una simpática anécdota, amena conversación, y recomendación de un buen restaurante de acceso cómodo, para papá y mamá. Y muy buena recomendación, si señor. Un sitio muy agradable, de exquisita comida y mejor servicio, mayor, si cabe, al llegar recomendados por, conocido, servidor público.
Una
foto del acogedor y típico lugar con el patriarca y servicial camarero.