LOS ZANCOS UNA HISTORIA DE PODER Y COTIDIANIDAD, "Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

LOS ZANCOS UNA HISTORIA DE PODER Y COTIDIANIDAD
Publicado el 02/Agosto/1998 | 00:00
Quito. 2 ago 98. Zancos. ¿Maderos que permiten a quien los usa
elevarse un metro más del suelo y marcar un fugaz poder sobre
los otros? ¿Utensilios lúdicos para desafiar a la gravedad y
tentar al vértigo? ¿Herramientas facilitadoras de tareas
cotidianas que en condiciones normales resultarían muy
difíciles? ¿Instrumentos sagrados para comunicarse con los
dioses y conquistarse a sí mismo?

En el transcurso de la historia humana, los zancos, cuya
presencia se ha detectado en los cinco contienetes, han
revestido estos y otros significados. Desde 1994, la zanquera
Nikki Byrd y el fotógrafo Jeffrey Braverman, ambos de Estados
Unidos, se propusieron descubirlos. Actualmente la realización
de esta empresa los ha traído a Quito, donde, desde el 21 de
julio pasado, vienen ejecutando el proyecto "Palos y Huesos".
Esta iniciativa, en la que participan 30 personas, combina dos
talleres: uno de zancos y otro de fotoperiodismo, que versa
sobre el primero.

Los primeros rastros que los estadounidenses encontraron sobre
estos utensilios estaban en un libro de antropología material,
trabajado entre 1924 y 1926 por el sueco Charles Lindblom. En
uno de los capítulos de este trabajo académico se esbozaba una
clasificación acerca de los usos de los zancos, que, según el
europeo, eran cinco: diversión, resolución de problemas
prácticos, rituales sagrados, competencias deportivas y danzas
paganas.

Aunque les fue imposible determinar con exactitud el origen
histórico y geográfico de los instrumentos de madera, hallaron
interesantes referencias.

Por ejemplo, en China, pintada sobre una cueva, se halló la
figura de un actor teatral encaramado en unos largos zancos.
Este hallazgo corresponde a la dinastía Wei, 200 años a. JC,
lo cual hace suponer que los artefactos fueron inventados
mucho antes.

Durante la época precolombina, en el sur de México, los mayas
esculpieron sus tan célebres como enigmáticos códices, también
llamados petroglifos. En uno de ellos se advirtió la imagen de
un shamán con maderos atados a sus piernas realizando una
danza para atraer las lluvias.

Tres figurillas -un rey y dos súbditos- fabricadas en bronce
por los artesanos de Benín en el siglo 15 hablan de la
utilización de los zancos en Africa. En el continente negro
estos instrumentos eran empleados, sobre todo, por hechiceros,
quienes, con los rostros y los cuerpos enteramente cubiertos,
en ciertos ritos anuales, personificaban a valores como la
justicia y la moralidad. Los elegidos para este menester
recibían el encargo durante su niñez y jamás divulgaban su
identidad. En tanto durase el ritual ellos eran dioses y como
tales eran vistos por la comunidad.

En julio, en la provincia de La Rioja, España, se celebran las
fiestas de Santa Magdalena. En ellas, desde hace muchos años
-tantos que ni el más viejo del pueblo de Anguiano lo
recuerda-, ocho adolescentes provistos de anchas faldas
amarillas, castañuelas y agudos zancos bajan dando vueltas en
espiral por pronunciadísimas pendientes empredradas. El
significado original de esta práctica -invocación a la
fertilidad de las cosechas- ha sido olvidado por los
habitantes. Lo que sí está claro para todos es que los
seleccionados no pueden practicar ni por una sola vez antes
del rito.

1998. Mientras en Seattle, Estados Unidos, pintores de casas
utilizan modernos aparatos articulados de plástico y aluminio
para alcanzar los techos con sus brochas, en Trascastro,
poblado español de 16 habitantes que durante años ha pedido en
vano al gobierno que construya un puente sobre el río que lo
atraviesa, Jorge García Suárez, de 65 años, sube con gran
habilidad y orgullo a sus zancos. El ha cruzado así el río
desde que tenía 8 años. (Texto tomado de El Comercio)