En la vertiente opuesta está el Valle Chico, surcado por el arroyo de Ucedo o de Sabugo, donde, "Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

En la vertiente opuesta está el Valle Chico, surcado por el arroyo de Ucedo o de Sabugo, donde se hallan Lazado (fot. 19), Villabandín, Rodicol y Sabugo. En medio de ellos, el valle del río Omaña, que asciende desde Riello (fot. 20) superando el alto de Pandorado –donde se localiza la ermita de la Virgen de Pandorado 2–, El Castillo, Guisatecha, Vegarienza, Aguasmestas –antigua venta, hoy en arruina–, Omañón –donde nace el Valle Chico–, Villanueva de Omaña y Senra –lugar en el que desemboca el citado valle–. Desde esta última localidad, los caminos se bifurcan: uno sigue el valle de Munas de Paredes (fot. 21) hasta Montrondo (fot. 22), y otro asciende al Puerto de la Magdalena, para descender hacia Vivero y Los Bayos, ya en la vertiente de la cuenca del río Sil, limítrofe con Laciana y vía de paso hacia Babia.
Son valles estrechos, en los que los núcleos constituyen “fondos de saco” o disposiciones en la mayoría de los casos lineales, sobre todo si nos adentramos más y más hacia el oeste. Ocupan el espacio inicial de las laderas, en el mismo borde del terreno sedimentario de las que podríamos llamar, abusando del término y del concepto, cuencas hidrológicas, dedicado para praderío, huertos y antiguamente para linares. A medida que el valle del río Omaña se abre curso hacia abajo, el espacio recobra amplitud, de manera que los pueblos que se sitúan en sus proximidades presentan una distribución nuclear concentrada.