-Pepe de estas píldoras te tomas una después de cada comida, te pones una inyección diaria y aprovechando el fin de semana te metes en la cama y lo pasas allí bien abrigado. Si hubiese novedad, que no lo creo, me llamas; iré a visitarte el lunes por la tarde y ya veremos como se desarrolla esto.
-Pues yo pensaba llegarme hasta Riaño, para pescar, que tengo coto
-Ni se te ocurra semejante barbaridad y menos con la nevada que han anunciado por la radio para el domingo.
- ¡Anda!, si es por eso no hay que alarmarse; no suelen dar ni una….
-Alguna vez acertarán y, de todas formas, no es aconsejable que te expongas al aire, ni aunque haga sol.
- ¡Pero hombre!....
- ¡Nada! ¡No hay excursión que valga!; te lo prohíbo formalmente. ¡Ya irás a pescar en otra ocasión!.
-Ni se te ocurra semejante barbaridad y menos con la nevada que han anunciado por la radio para el domingo.
- ¡Anda!, si es por eso no hay que alarmarse; no suelen dar ni una….
-Alguna vez acertarán y, de todas formas, no es aconsejable que te expongas al aire, ni aunque haga sol.
- ¡Pero hombre!....
- ¡Nada! ¡No hay excursión que valga!; te lo prohíbo formalmente. ¡Ya irás a pescar en otra ocasión!.
Salió Pepe de la consulta un tanto mohíno, pues ni aún en aquellos tiempos ya tan lejanos, se conseguía con facilidad coto y, encogido en el asiento de un taxi, entre tiritonas y escalofríos, tomó el camino de su domicilio.