¡Hola chic@s, buenas tardes noches! Pues si Yoli, disfrutamos...

¡Buenas tardes chic@s! ¡Ay, ay, ay! Entro porque no puedo pasar sin contaros que hoy he probado las suculentas morcillas de la foto. Bueno..... las de la foto no que esas están, ahí, a buen recaudo; he probado una de ellas, las que los artífices de ese arte culinario que convierte parte de un animalito, -el llamado cerdo, o gorrino, o cochino-, en el mejor de los manjares, tuvieron la generosidad de compartir con nosotros y: ¡Exquisita! ¡leéis! ¡ESQUISITA!. Presto les llamaré para darles mil gracias y eso por dos razones. La primera: porque hacía tiempo que no probaba algo tan delicioso; y la segunda: por que solo ellos han conseguido revivir mi paladar retrocediendo en el tiempo para degustar una de aquellas morcillas de abuelita Lupe, que para mi, no había mejor manjar, por muchas que he probado ninguna se había acercado tanto a aquel sabor, por otra parte tan añorado. Así que aquí os dejo explicada una experiencia religiosa. Una vez cumplida la misión hasta otro rato chic@s que hay que trabajar.
¡JESÚS QUE RICAS LAS MORCILLAS CASERINAS DE MI PUEBLO!
Besos para tod@s.

¡Ay ay ay pecadora! y esos son los buenos propósitos para después de navidad jajajjajajaa, claro que el pecado merece la penitencia, bueno anda que ya veo que disfrutaste un montón y los buenos momentos hay que aprovecharlos

¡Hola chic@s, buenas tardes noches! Pues si Yoli, disfrutamos de los lindo. Así que hablando de morcillas aquí os dejo esta:

ODA A LA MORCILLA

En una tripa encerrada
me puso una mano experta,
con primor elaborada
sobre una rústica artesa.

El mondongo acariciado
con ese fin prodigioso,
soba que soba la mezcla
con un arte prodigioso.

Alfareros de postín
que moldean sin el barro
las suculentas morcillas
que gustosos degustamos.

No es secreto el ingrediente
pero si la cantidad.
el resultado se debe
a saberla encontrar.

Elaborarlas requiere:
tesón, paciencia y esfuerzo
y además buen sacrificio
dado que hoy, todo es hecho.

Conseguido el propósito,
además, deben curar,
por lo que se necesita
buena cocina de hogar.

Con orden desmesurado,
dispuestas en el varal,
no hay escultura, ni cuadro
que se pueda igualar.

Allí todas en hilera
con el brasero atizando,
pasamos el frío invierno
en recinto, abrigado.

Dicen que soy exquisita
y yo voy y me lo creo;
no puede ser de otra forma…
pues con esmero me han hecho.

Coral