La entrevista, según parece, fue tempestuosa, pues...

La entrevista, según parece, fue tempestuosa, pues el sorobollo, además de pasar por la cara al señor Gobernador las verdades referidas, insistió en manifestar -hasta con alguna violencia verbal- que el mezclarse con su Ilustrísima había sido ocasional y fortuito y que, en sus francachelas, no buscaban otra cosa que divertirse sin hacer daño a nadie salvo, quizá, a sus propios estómagos, a los que martirizaban sin contemplaciones con aquellas comilonas a base de guisotes de pimentón, grasa y guindillas, seguidas de abundantes tientos al morapio, con que solía empujarlas.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Pero la autoridad de nuestra historia que, tal como es frecuente entre sus colegas, poseía un sentido del humor tan desarrollado como pueda tenerlo una vaca suiza, hacía tiempo que venía sospechando si no serían los tales sorobollos -con sus vítores a don Juan- conspiradores o, al menos, agentes monárquicos, que ya alguno que buscaba con ahínco borrar un pasado no muy claro le había dado cuenta más de una vez de los entusiasta gritos y, por si todo eso fuera poco, aquellas comilonas que celebraban ... (ver texto completo)