Y para despedirme, hasta más tarde, os dejo el artículo, de "LA CRÓNICA DE LEÓN", publicado en la sección de CULTURA ayer miércoles día 4.
Parece que los medios ya empiezan a hacerse eco de nuestra fiesta. Desde este foro común de Canales-La Magdalena, damos las gracias a Estefanía y la mandamos un fuerte abrazo con nuestros deseos de que se recupere pronto.
¡GRACIAS, Y UN BESO ESTEFANÍA!
Parece que los medios ya empiezan a hacerse eco de nuestra fiesta. Desde este foro común de Canales-La Magdalena, damos las gracias a Estefanía y la mandamos un fuerte abrazo con nuestros deseos de que se recupere pronto.
¡GRACIAS, Y UN BESO ESTEFANÍA!
! Ah la trilla, la era, y la memorias pequeñas pero muy grandes de ayer!
Aullaban los zorros allá en el peñasco en las noches sin luna...
Y el acarreo. Y la trilla... Y muchas palabras que se quedaron "apretás" en la garganta y otras que se quedaron "pegás" a la lengua. habla la memoria: toda una vida desfila en la tarde. Todo un canto de pequeñas alegrías y grandes tristeza. Entre ruidos de cacharros, la voz de ella:
- ¿Crees que nos tocarán las pensiones?
-Todo es posible... mujer, ¿abes? Pensaba en mi tierra en este instante: estoy cansado de escuchar noticias cada día a cual peores.
¿Porque no nos vamos a tu pueblo unos días (ella era de ciudad, y fue grande su gozo el día que su compañero de todo, la condujo hasta aquellas tierras aparentemente ásperas, pero muy bellas.
Mi memoria esta enamorado de mi tierra roja, parda, salpicada de blanco en las solanas, donde crecen marañales y romerales.
Sea había dicho él. Al día siguiente prepararon los "bartulos," Y una hora despues de la partida, la Vega del Tajuña, les saludó, luego la empinada cuesta, llena de curbas entre pinos y robles que habían ahogado con el tiempo campos de olivares. La morera: la morera que un día se doblara con el peso de los niños trepando a ella, lucía sus frutos en sus ramas, y algunos manchaban el suelo de negro. La calle estrecha y la casa de piedra... toda una historia en vivencias niñas.
Aquella misma tarde anduvieron, los caminos por donde él arastara las molestas albarcas. El viejo caminos se habá convertido en un ancho caminos, dede la última era, que pertenecíera a su abuelo El viejo olmo lucía su esqueleto, la era, toda ella era un silencio profundo del que él hilvanaba recuerdos.Él solo él escuchaba le murmullo del Trillo sobre la mies. Él, solo él, se pasó el revés de la mano por su cara, como hiciera de niño como cuando cubierta de sudores tempranos: sudores niños, sudor "guenos"... decía su abuela.
caminaban por la corta llanura empapados del silencio de la tarde, y el de rumores lejanos. El ronco ruido de un tracto en la llanura... espantaba las pocas aves que quedaban_pensó él y ganado por recuerdos de las yuntas y el arado que se clavaba en la tierra, apretó en su mano la mano mas diminuta de ella que sabía muy bien lo que él estaba pensando.
-Entonces no había pensiones ¿sabes? Entonces como hoy tenía quien tenía... y pese a que estas tierras se vieran turbadas por maquinas extrañas, luego las gentes, pienso que eran mas humanas.
Las higuera: la vieja higuera, donde al lado del manantial donde tras la Semana santa, se comía el hornazo. Los olmos casi desaparecidos, algunos proximos a caer sobre la tierra, y zarzales, mucas zarzas lo cubrían todo...
-! Allí: allí se criaban hermosas violetas! Calló que a su amíga de niñez, golgó estás sobre sus trenzas, y que aquella tarde nació un beso inocente, el beso primero.
Remontaron la cuesta y ya en la llanura: Una hermosa puesta del Sol que se caía por la sierra, pintado de rojo algunas nubes."Puesta de sol com "deguna"_ decía su abuela.
Y la plaza. Y el silencio de quienes como él media docena de hombres, mirando con curiosidad primero, son una cierta alegría después... los saludos de rigor, una corta charla, un apretó de manos, y no faltó la mirada de tristeza.
De camiño hacia la morera rompí a llorar un día que mi madre venía del lavadero cargada de ropa. Aquí, en toda esta esplanada, maquinas ruidosas y camiones cargados de hombres, rodos vestidos iguales. Aquí me perdí entre la multitud y llamé a mi madre. Uno de aquellos hombres me tomó de la mano, y junto al horno vi que mi madre me buscaba. dijo el hombre... y sintió que la mano de ella se rebullía dentro de la suya en una caricia que él solo entendía.
Curvas abajo de nuevo, y, un nudo en el pecho: un nudo grande de esos que duelen.
Un par de horas después la ciudad, sus ruidos, sus moles de cemento y ladrillo...
Y la tentación de la "caja tonta"
Y la gran pregunta:
Mañana: ¿que nos deparará el mañana?
Como si ella adivinara sus pensamientos dijo:
Tenemos una ventaja: nuestra generación, conoció cosas que hoy no podrían se peores.
Callaron y mientra que ella se levantaba del sofá dijo.
Si te parece preparo la cena.
-! Gran mujer! dijo... Y mucho mas, que calló: era su costumbre.
libertad.
Aullaban los zorros allá en el peñasco en las noches sin luna...
Y el acarreo. Y la trilla... Y muchas palabras que se quedaron "apretás" en la garganta y otras que se quedaron "pegás" a la lengua. habla la memoria: toda una vida desfila en la tarde. Todo un canto de pequeñas alegrías y grandes tristeza. Entre ruidos de cacharros, la voz de ella:
- ¿Crees que nos tocarán las pensiones?
-Todo es posible... mujer, ¿abes? Pensaba en mi tierra en este instante: estoy cansado de escuchar noticias cada día a cual peores.
¿Porque no nos vamos a tu pueblo unos días (ella era de ciudad, y fue grande su gozo el día que su compañero de todo, la condujo hasta aquellas tierras aparentemente ásperas, pero muy bellas.
Mi memoria esta enamorado de mi tierra roja, parda, salpicada de blanco en las solanas, donde crecen marañales y romerales.
Sea había dicho él. Al día siguiente prepararon los "bartulos," Y una hora despues de la partida, la Vega del Tajuña, les saludó, luego la empinada cuesta, llena de curbas entre pinos y robles que habían ahogado con el tiempo campos de olivares. La morera: la morera que un día se doblara con el peso de los niños trepando a ella, lucía sus frutos en sus ramas, y algunos manchaban el suelo de negro. La calle estrecha y la casa de piedra... toda una historia en vivencias niñas.
Aquella misma tarde anduvieron, los caminos por donde él arastara las molestas albarcas. El viejo caminos se habá convertido en un ancho caminos, dede la última era, que pertenecíera a su abuelo El viejo olmo lucía su esqueleto, la era, toda ella era un silencio profundo del que él hilvanaba recuerdos.Él solo él escuchaba le murmullo del Trillo sobre la mies. Él, solo él, se pasó el revés de la mano por su cara, como hiciera de niño como cuando cubierta de sudores tempranos: sudores niños, sudor "guenos"... decía su abuela.
caminaban por la corta llanura empapados del silencio de la tarde, y el de rumores lejanos. El ronco ruido de un tracto en la llanura... espantaba las pocas aves que quedaban_pensó él y ganado por recuerdos de las yuntas y el arado que se clavaba en la tierra, apretó en su mano la mano mas diminuta de ella que sabía muy bien lo que él estaba pensando.
-Entonces no había pensiones ¿sabes? Entonces como hoy tenía quien tenía... y pese a que estas tierras se vieran turbadas por maquinas extrañas, luego las gentes, pienso que eran mas humanas.
Las higuera: la vieja higuera, donde al lado del manantial donde tras la Semana santa, se comía el hornazo. Los olmos casi desaparecidos, algunos proximos a caer sobre la tierra, y zarzales, mucas zarzas lo cubrían todo...
-! Allí: allí se criaban hermosas violetas! Calló que a su amíga de niñez, golgó estás sobre sus trenzas, y que aquella tarde nació un beso inocente, el beso primero.
Remontaron la cuesta y ya en la llanura: Una hermosa puesta del Sol que se caía por la sierra, pintado de rojo algunas nubes."Puesta de sol com "deguna"_ decía su abuela.
Y la plaza. Y el silencio de quienes como él media docena de hombres, mirando con curiosidad primero, son una cierta alegría después... los saludos de rigor, una corta charla, un apretó de manos, y no faltó la mirada de tristeza.
De camiño hacia la morera rompí a llorar un día que mi madre venía del lavadero cargada de ropa. Aquí, en toda esta esplanada, maquinas ruidosas y camiones cargados de hombres, rodos vestidos iguales. Aquí me perdí entre la multitud y llamé a mi madre. Uno de aquellos hombres me tomó de la mano, y junto al horno vi que mi madre me buscaba. dijo el hombre... y sintió que la mano de ella se rebullía dentro de la suya en una caricia que él solo entendía.
Curvas abajo de nuevo, y, un nudo en el pecho: un nudo grande de esos que duelen.
Un par de horas después la ciudad, sus ruidos, sus moles de cemento y ladrillo...
Y la tentación de la "caja tonta"
Y la gran pregunta:
Mañana: ¿que nos deparará el mañana?
Como si ella adivinara sus pensamientos dijo:
Tenemos una ventaja: nuestra generación, conoció cosas que hoy no podrían se peores.
Callaron y mientra que ella se levantaba del sofá dijo.
Si te parece preparo la cena.
-! Gran mujer! dijo... Y mucho mas, que calló: era su costumbre.
libertad.
Muy bonito y entrañable en la distancia, y oportuno en el presente. Muchas gracias amigo, siempre es un placer leer tus escritos.
Y como me llaman LIANTAAA AAAAAA, no me corto. ¡Anda! a ver si te lío y nos escribes un relato, ya sabes, "La Trashumancia". Por el puro egoísmo del deleite de leerte.
Un fuerte abrazo
Y como me llaman LIANTAAA AAAAAA, no me corto. ¡Anda! a ver si te lío y nos escribes un relato, ya sabes, "La Trashumancia". Por el puro egoísmo del deleite de leerte.
Un fuerte abrazo