Leemos en Diario de León:
CORNADA DE LOBO
La mamandurria
GARCÍA TRAPIELLO 25/07/2012
Tiene este país un forúnculo culero tan gigantesco e infectado de entes y entelequias públicas, que no nos permitirá sentarnos un tiempo largo en el banco de los respetos. De pie nos tienen a la puerta o en un rincón. Y el resto del tiempo, de rodillas, con la cabeza a la altura de la bragueta europea o del coño de una Bernarda Merkel cualquiera.
Veamos: Existen en España un total de 2.400 entes públicos y 800 empresas de titularidad estatal, autonómica o local (con sus apartes, edificios, plantillas y despensa propia, tela la cifra), cuyo monto de deudas asciende en el primer trimestre de este año a 55.000 milllones del ala y de la cresta, cifra bestial que, en todo caso y pese a lo escandalosa, es la misma que se zampa en dos cenas bankiarias la Gran Zorra. Y si la cifra 55.000 millones ya no nos dice mucho, a cualquiera le temblarán las patas si decimos que son nueve billones, ¡con b!, de las «futuras» pesetas (Susana ya las presiente).
Lo dicho: un forúnculo purulento y reventón que, cuando rompa, al menos ahogará con su pus a las vecinas ladillas (las hay que han engordado tanto, que parecen centollas... y ya ves, son las que se salvan cuando llega Paco con la rebaja o la manguera).
En los últimos veinte años se inventaron en las diferentes administraciones públicas grandes chollos y paraísos cerrados que llamaron consorcios, institutos, entes (energéticos, isotónicos o puta gaseosa), patronatos, plataformas, empresas, fundaciones... alguno es tan pintoresco, que bien podría caber en esta nómina una Empresa Pública para el Fomento de la Cría del Cangrejo Zurdo de la Margen Derecha del Esla, así, todo en mayúsculas para darle rango al engendro, que es lo primero que se busca en estas componendas: que parezca algo aunque sea humo.
Estos inventos (perfectas sociedades anónimas dentro de lo público) han valido para colocar peña, disimular paro, colar empresas o cascársela con la izquierda. La pispa Espe Aguirre llamó a esto mamandurrias, como si su Madrid no estuviera ya bien mamoneao y colocao... ¿era ella la sartén y le hablaba al cazo?... pero es la palabra indicada: lleva España mucho tiempo oliendo a mamandurria químicamente pura.
CORNADA DE LOBO
La mamandurria
GARCÍA TRAPIELLO 25/07/2012
Tiene este país un forúnculo culero tan gigantesco e infectado de entes y entelequias públicas, que no nos permitirá sentarnos un tiempo largo en el banco de los respetos. De pie nos tienen a la puerta o en un rincón. Y el resto del tiempo, de rodillas, con la cabeza a la altura de la bragueta europea o del coño de una Bernarda Merkel cualquiera.
Veamos: Existen en España un total de 2.400 entes públicos y 800 empresas de titularidad estatal, autonómica o local (con sus apartes, edificios, plantillas y despensa propia, tela la cifra), cuyo monto de deudas asciende en el primer trimestre de este año a 55.000 milllones del ala y de la cresta, cifra bestial que, en todo caso y pese a lo escandalosa, es la misma que se zampa en dos cenas bankiarias la Gran Zorra. Y si la cifra 55.000 millones ya no nos dice mucho, a cualquiera le temblarán las patas si decimos que son nueve billones, ¡con b!, de las «futuras» pesetas (Susana ya las presiente).
Lo dicho: un forúnculo purulento y reventón que, cuando rompa, al menos ahogará con su pus a las vecinas ladillas (las hay que han engordado tanto, que parecen centollas... y ya ves, son las que se salvan cuando llega Paco con la rebaja o la manguera).
En los últimos veinte años se inventaron en las diferentes administraciones públicas grandes chollos y paraísos cerrados que llamaron consorcios, institutos, entes (energéticos, isotónicos o puta gaseosa), patronatos, plataformas, empresas, fundaciones... alguno es tan pintoresco, que bien podría caber en esta nómina una Empresa Pública para el Fomento de la Cría del Cangrejo Zurdo de la Margen Derecha del Esla, así, todo en mayúsculas para darle rango al engendro, que es lo primero que se busca en estas componendas: que parezca algo aunque sea humo.
Estos inventos (perfectas sociedades anónimas dentro de lo público) han valido para colocar peña, disimular paro, colar empresas o cascársela con la izquierda. La pispa Espe Aguirre llamó a esto mamandurrias, como si su Madrid no estuviera ya bien mamoneao y colocao... ¿era ella la sartén y le hablaba al cazo?... pero es la palabra indicada: lleva España mucho tiempo oliendo a mamandurria químicamente pura.