Yo supe tener uno así que aquí le llamamos "pechito amarillo", otros le dicen "jilguero". Muy cantor él y vivió muchos años. Eso sí, sólo se lavaba la cabeza, el cuerpo... jamás! Sacudía las alas, se acomodaba las plumas... pero todo en seco. En los
veranos lo bañaba a la fuerza, pobre!
Aprovecho para despedirme por unos días, he recibido una invitación para charlar sobre "Las Alas del Río" en la Muy
Benemérita Ciudad de San Felipe y Santiago, que no es otra que Montevideo. Pero en esta parte del
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