Madrugadas las mías: me lo pedía "una llamada" de esas brisas del recuerdo que de ven en cuando soplan. me contaré cosas.
MAÑANA
Mañana me pensaba yo inmerso en ráfagas de tristeza en una disimulada alegría, mañana estaré lejos. caminábamos despacio y tenía sobre mi mano la suya, caliente, dulce y alada.
desde la ronca voz del tiempo, desde aquella estancia, desde las rocas, desde las aguas y besos de espuma, rumores de vieto que apagaban las olas... desde la alegría leve de tenerla, engañando al lamento, desde el silencio y unas pocas palabras, desde el saber que en ese instante yo la amaba y ella me amaba... Sabía que MAÑANA: mañana ya no revolotearían su dedos sobre mi desnuda espalda, domo otras tardes, cuando sus dedos enredadores, buscaban y buscaban.
relucían sus ojos de amor. relucían las olas luciendo en sus lomos besos de espuma, antes de su muerte súbita, sobre el acantilado o playa... y reaparecer de nuevo, bravías, y condenadas a nacer, perecer y resurcitar de nuevo.
Habíamos caminado en largos silencios cerca del acantilado: las olas embestían si piedad sobre la s rocas, chocaban, en continuo y roncos rugidos, parecieran querer escaparse... y asi en continuo relevo! Que importaban las olas, si mañana, si mañana no tendré su mirada! Mañana no se enredarán sus dedos de fuego en mis cabellos, y sus labios húmedos, no saciarán los míos.
Las miradas se cruzaban. En los rostros se dibujaba, lo amargo. Y caminaban. Y caminaban entre piedras. Y pensaban: mañana no no estaré, se murmuraba él, mientras sorteaban los recovecos de las rocas, mientras el corazón latía tristezas; camino del agua.
mañana estaré sola, te marcharás, me arderá la memoria desamparada, contemplaré la bahía sintiéndome muy desgraciada. Mañana: será mañana te pensar´ñe en el fuego, te pensaré en la llama.. en mis miedos.
Se acercaban a la playa, a su diminuta playa, salpicada de mil conchas, con las que muchas tardes jugaron, en otras tardes que se escaparon... Y seguían caminado de sus memorias y de sus pasos, por hierbas secas y tronchadas, hasta alcanzar la arena fina y parda, Y mojarías sus pies, que desaría la espuma blanca. Y se miraron. Y se abrazaron desesperadamente. T se desnudaros,, en medio de la tarde. las gaviotas chillaban de su grito insolente.
Mañana la escribiré cartas muy abultadas, al otro lado del mar, sobre las dunas blancas; pensaba el mientra juagaban al amor sobre el agua. mañana te hablaré de bellas auroras, pero tristes en la inmensa llanura de dunas abrasadas, por el sol implacable, que quemara mi espaldas, y reiremos juntos esta mirada de tus ojos, ahora cercana. mañana,: será mañana que estarás conmigo am´ndome dulce y callada... y si te pones triste me inventare palabras que sean versos de mariposas aladas.
Tal vez se acerquen pájaros de amor y me escriban versos, o tal ves te asomes a lunas grandes y blancas... y empapados de amor, viviremos de nuevo estas caticias de hoy sobre el agua... gritando nuestros ojos, gritando nuestars miradas en la magia del instantesublime de cuando el amor estalla.
Mañana: será mañana que pasearé mi memoria, por el acantilado, las rocas y la arena parda... en las largas noches sobre la arena blanca, y te sentiré mía desnuda, entre besos de espuma y de agua.
libertad.
MAÑANA
Mañana me pensaba yo inmerso en ráfagas de tristeza en una disimulada alegría, mañana estaré lejos. caminábamos despacio y tenía sobre mi mano la suya, caliente, dulce y alada.
desde la ronca voz del tiempo, desde aquella estancia, desde las rocas, desde las aguas y besos de espuma, rumores de vieto que apagaban las olas... desde la alegría leve de tenerla, engañando al lamento, desde el silencio y unas pocas palabras, desde el saber que en ese instante yo la amaba y ella me amaba... Sabía que MAÑANA: mañana ya no revolotearían su dedos sobre mi desnuda espalda, domo otras tardes, cuando sus dedos enredadores, buscaban y buscaban.
relucían sus ojos de amor. relucían las olas luciendo en sus lomos besos de espuma, antes de su muerte súbita, sobre el acantilado o playa... y reaparecer de nuevo, bravías, y condenadas a nacer, perecer y resurcitar de nuevo.
Habíamos caminado en largos silencios cerca del acantilado: las olas embestían si piedad sobre la s rocas, chocaban, en continuo y roncos rugidos, parecieran querer escaparse... y asi en continuo relevo! Que importaban las olas, si mañana, si mañana no tendré su mirada! Mañana no se enredarán sus dedos de fuego en mis cabellos, y sus labios húmedos, no saciarán los míos.
Las miradas se cruzaban. En los rostros se dibujaba, lo amargo. Y caminaban. Y caminaban entre piedras. Y pensaban: mañana no no estaré, se murmuraba él, mientras sorteaban los recovecos de las rocas, mientras el corazón latía tristezas; camino del agua.
mañana estaré sola, te marcharás, me arderá la memoria desamparada, contemplaré la bahía sintiéndome muy desgraciada. Mañana: será mañana te pensar´ñe en el fuego, te pensaré en la llama.. en mis miedos.
Se acercaban a la playa, a su diminuta playa, salpicada de mil conchas, con las que muchas tardes jugaron, en otras tardes que se escaparon... Y seguían caminado de sus memorias y de sus pasos, por hierbas secas y tronchadas, hasta alcanzar la arena fina y parda, Y mojarías sus pies, que desaría la espuma blanca. Y se miraron. Y se abrazaron desesperadamente. T se desnudaros,, en medio de la tarde. las gaviotas chillaban de su grito insolente.
Mañana la escribiré cartas muy abultadas, al otro lado del mar, sobre las dunas blancas; pensaba el mientra juagaban al amor sobre el agua. mañana te hablaré de bellas auroras, pero tristes en la inmensa llanura de dunas abrasadas, por el sol implacable, que quemara mi espaldas, y reiremos juntos esta mirada de tus ojos, ahora cercana. mañana,: será mañana que estarás conmigo am´ndome dulce y callada... y si te pones triste me inventare palabras que sean versos de mariposas aladas.
Tal vez se acerquen pájaros de amor y me escriban versos, o tal ves te asomes a lunas grandes y blancas... y empapados de amor, viviremos de nuevo estas caticias de hoy sobre el agua... gritando nuestros ojos, gritando nuestars miradas en la magia del instantesublime de cuando el amor estalla.
Mañana: será mañana que pasearé mi memoria, por el acantilado, las rocas y la arena parda... en las largas noches sobre la arena blanca, y te sentiré mía desnuda, entre besos de espuma y de agua.
libertad.