La ceremonia conmemorativa del triunfo alcanzado por los cristianos fue solemnísima, desarrollada en el mismo campo de la Hoja, allí donde poco después se alzaría el santuario de la honda y popular devoción mariana
"Colocados todos, en medio de un impresionante silencio, las tropas en semicírculo, al frente los heridos y enfermos, en el centro el Caudillo con sus gardingos, magnates y prelados, teniendo a su derecha al Arzobispo Urbano y a su izquierda al Infante Don Alfonso, Don Pelayo mandó acercarse al Capitán Colinas y poniendo junto a sus labios la cruz que formaba la hoja con la empuñadura de su espada se la dio a besar, lo cual hizo Colinas con toda reverencia, puesto de hinojos. En voz tan alta que todos oyeron, dijo el Rey: Tu sine nobis eos vicisti ex hoc cognomem accepisti... Esta regia frase con el tiempo romanceada forma la divisa del escudo heráldico de los Fernández de Colinas, descendientes del famoso capitán". Tu sin nos los has vencido y este será tu apellido, "texto que contraído se quedó en Tusinos".
"Colocados todos, en medio de un impresionante silencio, las tropas en semicírculo, al frente los heridos y enfermos, en el centro el Caudillo con sus gardingos, magnates y prelados, teniendo a su derecha al Arzobispo Urbano y a su izquierda al Infante Don Alfonso, Don Pelayo mandó acercarse al Capitán Colinas y poniendo junto a sus labios la cruz que formaba la hoja con la empuñadura de su espada se la dio a besar, lo cual hizo Colinas con toda reverencia, puesto de hinojos. En voz tan alta que todos oyeron, dijo el Rey: Tu sine nobis eos vicisti ex hoc cognomem accepisti... Esta regia frase con el tiempo romanceada forma la divisa del escudo heráldico de los Fernández de Colinas, descendientes del famoso capitán". Tu sin nos los has vencido y este será tu apellido, "texto que contraído se quedó en Tusinos".