Pues no tengo ni idéa en qué habrá quedado la cosa, pero lo entiendo, como para no cabrearse ¡sin ton ni son meten a uno en cada jaleo...
Lo del coche me alegro, aquello era un martirio, si nadie quería montarse con ellos, y no digo lo de entrar, pero para salir... ni la grúa de los bomberos. Un día me quedé encajada con una pierna para atrás y otra no sé dónde andaría, que menudo espectáculo, menos mal que no llevaba raja en la falda, y encima me empezó a dar la risa y ya no te cuento. Me imagino que compraran el auto cuando tenían 18 años, pero los "AÑOS" no pasan en balde.
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