El escritor y profesor de Historia del Pensamiento Luis Gonzalo Díez, hijo del escritor leonés Luis Mateo Díez. juan carlos hidalgo
verónica viñas | león 26/01/2014
El hijo de Luis Mateo analiza en ‘La barbarie de la virtud’ las claves de la cultura política.
Una brújula para entender la realidad cambiante. El leonés Luis Gonzalo Díez ha buceado en la historia, del siglo XVIII al XX, para desentrañar las claves de nuestra cultura política. Hijo del escritor y académico Luis Mateo Díez, este profesor de Historia del Pensamiento ha recorrido un largo camino de aprendizaje duro y costoso hasta alumbrar La barbarie de la virtud (Galaxia Gutenberg). El libro, como reconoce el autor, «tiene muchas tramas y muchos asuntos», una especie de atlas para comprender cómo la sociedad avanza a través de revoluciones, regímenes totalitarios, utopías y guerras. En 208 páginas el autor aborda cuestiones como las oportunidades y riesgos de las sociedades abiertas, el malestar que sucede a los entusiasmos revolucionarios, la utilización del lenguaje científico para legitimar los odios políticos, la ambigüedad de la democracia en tanto forma de Estado y credo ideológico... Un extenso listado de errores políticos que arrastra Europa desde hace tres siglos.
verónica viñas | león 26/01/2014
El hijo de Luis Mateo analiza en ‘La barbarie de la virtud’ las claves de la cultura política.
Una brújula para entender la realidad cambiante. El leonés Luis Gonzalo Díez ha buceado en la historia, del siglo XVIII al XX, para desentrañar las claves de nuestra cultura política. Hijo del escritor y académico Luis Mateo Díez, este profesor de Historia del Pensamiento ha recorrido un largo camino de aprendizaje duro y costoso hasta alumbrar La barbarie de la virtud (Galaxia Gutenberg). El libro, como reconoce el autor, «tiene muchas tramas y muchos asuntos», una especie de atlas para comprender cómo la sociedad avanza a través de revoluciones, regímenes totalitarios, utopías y guerras. En 208 páginas el autor aborda cuestiones como las oportunidades y riesgos de las sociedades abiertas, el malestar que sucede a los entusiasmos revolucionarios, la utilización del lenguaje científico para legitimar los odios políticos, la ambigüedad de la democracia en tanto forma de Estado y credo ideológico... Un extenso listado de errores políticos que arrastra Europa desde hace tres siglos.
Confiesa Luis Gonzalo que tras haber publicado «monografías muy pesadas» le apetecía, sin perder el rigor, escribir un libro en tono ensayístico y dándose toda la libertad del mundo; también estilística. La experiencia ha sido tan gratificante que ha visto en el ensayo una puerta abierta para seguir indagando en la historia de las ideas, porque «llegas a un lugar que en principio no tenías pensado».
Los regímenes totalitarios del siglo XX cometieron las mayores atrocidades en nombre del bien, y explicar cómo se llegó a esa situación es uno de los planteamientos de La barbarie de la virtud, que no pretende ofrecer soluciones —«porque yo no las tengo»—, pero sí «ayudar al lector a que entienda que la historia está detrás de nosotros».
Los regímenes totalitarios del siglo XX cometieron las mayores atrocidades en nombre del bien, y explicar cómo se llegó a esa situación es uno de los planteamientos de La barbarie de la virtud, que no pretende ofrecer soluciones —«porque yo no las tengo»—, pero sí «ayudar al lector a que entienda que la historia está detrás de nosotros».
Foto: Yoli, acompañada de Luis Mateo Díez
Luis Gonzalo se ha servido de autores como Edmund Burke, Donoso Cortés, Larra, Tocqueville o Platónov, que «están en las antípodas intelectuales, pero que comparten muchos debates». El escritor, que se confiesa encantado de ser hijo de Luis Mateo y leonesista convencido, se ha aproximado a cuestiones espinosas de la historia reciente, «sin prejuicios, pero con apasionamiento intelectual». Su intención es «encontrar aquellos argumentos que nos permitan enfrentarnos a la realidad con el fin de elaborar bien las preguntas, con otro lenguaje que no sea el del ruido mediático». El libro, con gran amplitud de miras, espera el autor que el lector lo reciba también sin prejuicios y con amplitud de miras.
Luis Gonzalo no quiere caer en el tópico de que acudamos al pasado para resolver las cuestiones del presente. «Es una sandez», dice, tras aclarar que tampoco se toma en serio a sí mismo. Pero sí le interesa «lo poco que hemos inventado en el mundo de las ideas». Explica que las sociedades cambian aceleradamente. «La España de hace siete años no tiene nada que ver con la de ahora», explica. «Es más rápido el cambio de la realidad que el de las ideas».
«Lo peor es creer que dominamos el presente», añade.
Luis Gonzalo se ha servido de autores como Edmund Burke, Donoso Cortés, Larra, Tocqueville o Platónov, que «están en las antípodas intelectuales, pero que comparten muchos debates». El escritor, que se confiesa encantado de ser hijo de Luis Mateo y leonesista convencido, se ha aproximado a cuestiones espinosas de la historia reciente, «sin prejuicios, pero con apasionamiento intelectual». Su intención es «encontrar aquellos argumentos que nos permitan enfrentarnos a la realidad con el fin de elaborar bien las preguntas, con otro lenguaje que no sea el del ruido mediático». El libro, con gran amplitud de miras, espera el autor que el lector lo reciba también sin prejuicios y con amplitud de miras.
Luis Gonzalo no quiere caer en el tópico de que acudamos al pasado para resolver las cuestiones del presente. «Es una sandez», dice, tras aclarar que tampoco se toma en serio a sí mismo. Pero sí le interesa «lo poco que hemos inventado en el mundo de las ideas». Explica que las sociedades cambian aceleradamente. «La España de hace siete años no tiene nada que ver con la de ahora», explica. «Es más rápido el cambio de la realidad que el de las ideas».
«Lo peor es creer que dominamos el presente», añade.
El título de su nuevo ensayo hace alusión a personajes como Hitler, que era un virtuoso, un fanático que pensaba que estaba haciendo el bien, como también lo creían Lenin o Stalin. «Eran políticos que, en nombre de su idea del bien, de pureza racial o social, provocaron el exterminio de amplias capas de la población». Luis Gonzalo, que ve en su pasión por la literatura la herencia paterna, ya había publicado Los convencionalismos del sentimiento, donde rastrea el impacto de la Historia en la novela del siglo XX. Tras admitir que le gustan las monografías, piensa que la alta divulgación es un territorio que no se debe abandonar.
Muy interesante el tema de Luis Gonzalo sobri, tengo que entrar más a menudo en El Diario para enterarme de cosas de la tierrina.
Un besin y que descanses.
Buenas noches y hasta mañana
Un besin y que descanses.
Buenas noches y hasta mañana