Buenas tardes:
Creo Dª Yoli que vuestra experiencia con las cerezas nos ha pasado a todos, como dice Nieves... Puajjjjjjjj..
Pero cuenta, cuenta... ¡Aquí te dejo un rico manjar para que se le refresque la memoria.
Creo Dª Yoli que vuestra experiencia con las cerezas nos ha pasado a todos, como dice Nieves... Puajjjjjjjj..
Pero cuenta, cuenta... ¡Aquí te dejo un rico manjar para que se le refresque la memoria.
¡Mira que carita de simpático tiene el jodio gusanito! jjajajjaja
Pues te cuento: Nosotros tenemos una finca al lado del Molino de Goyo que linda con la casa y la huerta de..... entonces la dueña se llamaba Dña Concepción ahora ni idea de a quien pertenece, el caso es que en la finca había un cerezo de cerezas blancas muy grande y la dueña cuando íbamos por allí a hacer labores de labranza siempre nos invitaba a subir al cerezo. Ya no recuerdo quien estaba aquel día, creo que mi hermano Toño y no se si Carmen, por aquel entonces éramos unos chabaletes y no veas lo bien que se nos daba trepar así que nos encaramamos al árbol y te puedes imaginar el atracón, las cerezas blancas, gordas y buenísimas. Al final decidimos recoger en el vuelo de la falda unas cuantas para llevar a casa y nos bajamos del árbol, no se por qué a mi se me ocurrió abrir una cuando las estábamos echando en un cesto y...... ¡que asco! estaba llena de simpáticos gusanitos. Me dije... será casualidad.... y abrí una más y otra más... ¡todas tenían bicho ¡Puaaajjjjj y no te cuento el resto porque es mu desagradable jajjajajaaa
Pues te cuento: Nosotros tenemos una finca al lado del Molino de Goyo que linda con la casa y la huerta de..... entonces la dueña se llamaba Dña Concepción ahora ni idea de a quien pertenece, el caso es que en la finca había un cerezo de cerezas blancas muy grande y la dueña cuando íbamos por allí a hacer labores de labranza siempre nos invitaba a subir al cerezo. Ya no recuerdo quien estaba aquel día, creo que mi hermano Toño y no se si Carmen, por aquel entonces éramos unos chabaletes y no veas lo bien que se nos daba trepar así que nos encaramamos al árbol y te puedes imaginar el atracón, las cerezas blancas, gordas y buenísimas. Al final decidimos recoger en el vuelo de la falda unas cuantas para llevar a casa y nos bajamos del árbol, no se por qué a mi se me ocurrió abrir una cuando las estábamos echando en un cesto y...... ¡que asco! estaba llena de simpáticos gusanitos. Me dije... será casualidad.... y abrí una más y otra más... ¡todas tenían bicho ¡Puaaajjjjj y no te cuento el resto porque es mu desagradable jajjajajaaa