El oficio o rito de Tinieblas se realizaba la noche del Jueves Santo. A través del mismo se simbolizaba la Pasión de Jesucristo y cómo el mundo se vio envuelto en la penumbra hasta el Domingo de Resurrección.
En el ritual era fundamental el Tenebrario. Era un candelabro con forma triangular, en el que se colocaban quince velas, siete a cada lado y una en el vértice. Podrían representar a los Doce Apóstoles y las tres Marías presentes en la muerte de Cristo. Durante el Oficio la noche del Jueves Santo, se apagan poco a poco y de modo alternativa, de derecha a izquierda y de abajo a arriba, todas las velas, excepto la del vértice. Ésta se deja encendida. Una vez que se apagan las catorce velas, el Tenebrario se esconde tras el altar.
En ese momento, todos los feligreses provocan un gran estruendo en el templo con sus carracas y matracas.
En el ritual era fundamental el Tenebrario. Era un candelabro con forma triangular, en el que se colocaban quince velas, siete a cada lado y una en el vértice. Podrían representar a los Doce Apóstoles y las tres Marías presentes en la muerte de Cristo. Durante el Oficio la noche del Jueves Santo, se apagan poco a poco y de modo alternativa, de derecha a izquierda y de abajo a arriba, todas las velas, excepto la del vértice. Ésta se deja encendida. Una vez que se apagan las catorce velas, el Tenebrario se esconde tras el altar.
En ese momento, todos los feligreses provocan un gran estruendo en el templo con sus carracas y matracas.