CORAL. Contaré una anécdota de las muchas que he vivido...

Y vamos con la pesca de la trucha. Alguna observación he de hacer. No pesque usted con el agua barrada. Si hay tormenta por encima de su cabeza, lo mismo, no intente pescar truchas, el resplandor del relámpago hace que la trucha descienda al fondo y quede varada en el mismo. Por supuesto, no es lo mismo pescar en el mes de abril que a últimos de junio o durante el mes de julio. Es posible que en abril las truchas se den a una hora determinada y en el verano a otra. Sigo diciendo que mezclo el río libre de embalses y con ellos. Las aguas del embalse bajan frías y allá donde no existe, es posible que en un día de junio las truchas piquen todo el día, otras veces... cuando quieren. Eso sí, las fases de la luna intervienen en la captura.

Yo solía pescar con una caña larga (seis metros... ya tenía dinero para comprarla) y a cebo cogiendo buenas piezas por la mañana temprano, al salir el sol. También empecé a tener una caña de unos 3 metros con carrete y pescaba a pluma o a cucharilla. Los anzuelos de pluma los hacía yo, compraba la pluma en La Cándana, cerca de La Vecilla, y siguiendo un manuscrito de Astorga, montaba las plumas. Compraba hilos, plumas, anzuelos... todo lo necesario para montar anzuelos. La pesca a pluma es lo más divertido que hay. Aunque al día de hoy se pesca más con "la tralla" que llamo yo. Un solo anzuelo y a mosca seca, el pescador metido en el río lanza y obtiene buenas capturas. Cuando una trucha agarra el anzuelo, si dominas el primer tirón tienes " media trucha en el bolsillo", pero hay que saber seguir hasta que la capturas, si es grande la metes en la sacadera. Así una y otra vez hasta que dejan de picar.

Por supuesto, A TRUENO también coges truchas a mano. Y en tiempos de calor, especialmente agosto, los primeros días o los últimos de julio, depende del caudal de agua que lleve el río, pescábamos a mano. La trucha suele pararse en el fondo y con un " REJAQUE", especie de tenedor con tres pinchos, vamos, un tridente que acoplábamos a un buen palo, íbamos y pinchábamos la trucha y quedaba sujeta en el fondo, metías la mano y la cogías. Eso estaba prohibido, pero... También recorríamos la rasera y a palo limpio las matábamos, también con cantos... apenas si había agua.

Un saludo.

Pero mientras tanto: Ángel, mi cuñado es un experto manitas en esa minuciosa y delicada labor de hacer anzuelos, o moscas, para el arte de pescar truchas que con tanto detalle nos relatas. Así que como aportación os dejo esta fotografía tomada en una de esas jornadas, feriales, expositivas de plumas de gayo que se utilizan para tales menesteres. Allí también él mismo se abasteció de toda clase de plumas y elementos necesarios para su elaboración.
Como tú, él, es un gran narrador de sus muchas experiencias y curiosas y divertidas anécdotas en ese HONROSO DEPORTE de la pesca y lo escribo con letras mayúsculas para acentuar, como bien señalas en alguno de tus capítulos, que no todo el que pesca es pescador ni deportista....

Foto: Algunos espléndidos ejemplares

CORAL. Contaré una anécdota de las muchas que he vivido en el río. Hacia las doce del mediodía, el ganado que pastaba por las cercanías del pueblo, tenía que atravesar el río por la parte donde menos cubría. Yo estaba pescando allí, pero al llegar tantas reses, me dije, se acabó la pesca por hoy, de todas formas puse una gusarapa en el anzuelo, este era grande. De repente la tanza de mi caña de 6 metros de longitud se puso tirante, la caña se dobló, intenté mantener la picada de la trucha, pero se me escapó. Miré el anzuelo y ¡Santo Dios! el anzuelo había quedado RECTO. La trucha con fuerza había desdoblado el anzuelo quedando hecho una línea recta. ¿Cuánto pesaría esa trucha? Nunca lo sabré.

Un saludo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
¡Jolines Juan, espero que el anzuelo no fuera de acero porque si no sería la releche