Le pasaré tu crítica al autor Ángel, seguro que te...

MALHABLANTES

Articulo publicado en el Hoy Navalmoral
Por Jose María Gómez de la Torre

A veces por ignorancia y otras veces por localismos se habla mal, o al menos no de acuerdo con las normas cultas del bien hablar. Tengo que aclarar que no es lo mismo ser malhablante que malhablado, y si en algún caso habla mal un malhablado también puede ocurrir que el malhablado hable bien y se le entienda perfectamente.
En Navalmoral, aparte de encantadores localismos como espernancar, jerreñear o la calor cuando el calor se torna inaguantable, se utiliza entrar por meter (éntramela en la cocina, dice la señora al butanero refiriéndose a la bombona de gas, en lugar de métela a la cocina), se confunde aprender con enseñar (me aprendió por me enseñó) y aunque en algún caso sentir sea sinónimo de oír no parece muy adecuado decir «vengo de sentir misa».
Pero lo que resulta de verdad lamentable es oír a universitarios hablar tan mal. Y mucho más si son periodistas. No sé si en las facultades de ciencias de la información se imparte gramática y vocabulario. Si se hace se aprovecha poco en general.
Hace poco oí decir "andara" en un telediario. Me recordó la vieja historia del sacristán que echaba el sermón por afonía del párroco y dijo: Lázaro se levantó y andó. El cura le corrigió en voz baja: "anduvo, jodido, anduvo", a lo que el sacristán sin inmutarse prosiguió: «Bueno, anduvo jodido unos días, pero lo que importa es que andó».
Es habitual oír hablar de catástrofe, o tragedia, "humanitaria", lo que significa que tal catástrofe, o tragedia, mira por el bien del género humano, por ser benigna, caritativa o benéfica. Véase por ejemplo la benignidad de la tragedia "humanitaria" que está originando el virus del ébola.
Y es que no vale decir humana, hay que alargar la palabra. Como un ministro del anterior gobierno que en lugar de decir que "el presidente ha mandado..." decía que "el presidente ha mandatado...".
Los participantes en debates televisados suelen mostrar una notable falta de educación interrumpiendo constantemente al que tiene el turno de palabra. Hace poco el moderador de uno de estos debates se dirigió a dos tertulianos advirtiendo a ambos que no les permitiría más interrupciones. Lo malo es que se dirigió a "ambos dos". A lo mejor, si en próximos debates los seis participantes se interrumpen reiteradamente retira la palabra a "ambos seis".
Siguiendo con las tertulias: hay un tertuliano de profesión, (además de dar clases en la universidad y dirigir un periódico) que con contumacia informa de que ha hecho un doctorado. Es de suponer que las clases que imparte sean nocturnas y que dirija el periódico por teléfono, porque a cualquier hora del día y de parte de la noche se le puede oír en la radio o verlo en los debates de televisión diciendo que no puede "de" creer lo que oye, que va a "de" pensar que no ha oído bien y (con lo que "de" cree ironía) dice al que no opina lo que él «que sí, que sé "de" que tienes razón». Y nosotros tampoco nos podemos "de" creer "de" que un tío que ha hecho un doctorado se pueda "de" expresar como un vulgar "de" zoquete.
Ya son multitud los que creen que "de mí" equivale a "mío" y lo sustituyen sin más. Nadie diría que este coche es de mí, sino que es mi coche o el coche mío. Pero ya no es habitual oír "encima de mí" sino "encima mío" o "encima mía", según el hablante considere que su encima es masculino o femenino.
Cuento de terror
El siguiente párrafo de un cuento de terror «Penetró detrás de mí en la oscuridad, puso su mano derecha debajo de mí y palpó con la izquierda delante de mí con intención de seguir avanzando...» se transforma en «Penetró detrás mío en la oscuridad, puso su mano derecha debajo mía y palpó con la izquierda delante mío con intención de seguir avanzando...». Al cambiar la posición del posesivo el párrafo más que de novela de terror parecería sacado de las "cincuenta sombras": «Penetró mi detrás en la oscuridad, puso su mano derecha en mi debajo y palpó con la izquierda mi delante con intención de seguir avanzando...».
Y esta última es de Manolo el geógrafo, al que probablemente nunca darán un sillón en la RAE, aunque vaya usted a saber:
Sería el colmo que Marruecos "estrayera" petróleo y España no.
Manolo, que no se dice estrayera, le corrige su compañera la Tapón.
Ya sabes que los canarios al hablar no distinguimos la ye de la lle.
Es que no es estrayera, es extrajera. Además con equis.
¿Y lo otro con ge o con jota?
Con jota que si no sonaría estraguera, dice con ánimo de colaborar la sanitaria.
¡Señor, Señor! El jefe los coge tontos para que a él no se le note, pero yo creo que con estos se ha pasado, piensa la Tapón.
Buenas vacaciones a los que las disfruten en este mes.

Lo mejorcito que he visto en este verano. Es un artículo que no tiene comparación con otros. ¡Qué razón lleva el autor del artículo periodístico! Hablamos mal y escribimos peor. Yo tengo mucho que opinar ante este escrito, pero me lo callo. De todass formas, escritos como el de este señor hay pocos y bien hilvanado en pocas palabras. Chapeau.

Un saludo.

Le pasaré tu crítica al autor Ángel, seguro que te lo agradece mucho
Un abrazo amigo