Esta del antiguo reloj de la plaza de Santo Domingo me tiene enamorada, es preciosa
Mirar al pasado siempre deja un hálito de nostalgia y se observa con pena como aquello que formaba parte de nuestra cotidiana andadura por la capital desaparece, como en fecha reciente sucedió al retirarse ese reloj que al entender de quien desea conservar cosas vinculadas a nosotros no se respeta su permanencia. Ahora, del viejo reloj de Santo Domingo sólo queda el recuerdo de la magnífica fotografía de Garay -Daniel Garay Panizo-, ganadora de un premio, estampa titulada "Bajo la niebla", con el sereno adosado a la columna de piedra, que Luís Mateo Díez escribía en 1991 que "aquella fotografía lo descubre en la noche, encendido en la niebla, apenas acompañado, en la impasible constancia de sus horas, por un sereno que se apoya distraído, sin duda aburrido de advertir lo que la noche, tan larga, tiene de vacío, esa nada humedad que la niebla tiende con su sombra". Ochenta y cinco años con el anuncio de "Relojería Vidal" dio paso al de "Cámara Oficial de Comercio", con nueva maquinaria para soportar las agujas una andadura a lo largo de este nuevo siglo.