Por el terreno de juego de Ordoño, un campo que olía a hierba y a viejo, pasaron rivales de todos los pelajes, incluidos algunos de los mejores jugadores de la época. Fue el caso del legendario Ricardo Zamora, portero del Español, o de la pareja de defensas internacionales integrada por Ciriaco y Quincoces. Mientras el rumbo deportivo del equipo parecía consolidado gracias a la labor incansable de presidentes como Crisanto Sáenz de la Calzada y el filántropo Julio del Campo, los apuros económicos provocaron que el club de nuestros amores entrase en caída libre, por lo que en 1931 hubo de echarse el cierre. Y así se mantuvo la situación hasta el término de la Guerra Civil, cuando nuevos gestores retomaron las riendas de la Cultural, afincada desde el mes de septiembre de 1940 en el campo de la Corredera, presidido por un monumental anuncio de Anís de la Asturiana. El terreno se había arrendado al propietario Agustín de Celis al precio de 500 pesetas, considerable cantidad para aquel tiempo de penuria. El arquitecto Aparicio se encargó de las obras, mientras que todas las tejeras leonesas facilitaron ladrillos para que pudiera cerrarse un estadio con su tribuna cubierta y dos laterales al aire
Ángel, MECA ¡, LO QUE HA CAMBIADO LA CAPI.