Buenas noches a todos! Estoy escribiendo un poco sobre los lugares que hemos ido conociendo... pongo a la consideración de ustedes el texto sobre las Cuevas de Valporquero, las visitamos el año pasado con Yoli, José María, Coral, Julio y Teresa... Ustedes me dirán!
Cuevas de Valporquero: peculiar testigo de la historia de la tierra
Hay lugares que suscitan interés sólo al nombrarlos. Ir a conocer una cueva no es algo que puede hacerse a menudo y más aún si se halla en la Cordillera Cantábrica a 1386 metros de altura.
Dejando la ciudad de León atrás por la carretera LE311 se llega hasta Matallana de Torío y en esta localidad setoma la LE 315 hasta Felmín, un pequeño y agradable pueblo a 108 metros de altura sobre el nivel del mar donde solamente viven veintinueve personas. Estamos en medio de la Montaña Central Leonesa y desviando a la izquierda por una carretera comarcal se llega hasta la playa de estacionamiento -gratuita -de la Cueva de Valporquero. Ya está planteada la invitación a contemplar este espacio privilegiado: una catedral en el interior de la montaña, un viaje al centro de la tierra.
Pacientemente, el agua ha hecho su trabajo en la roca durante miles de años convirtiendo la Cueva en un paisaje sorprendente. "Hace más de un millón de años, en el Pleistoceno de la era Cuaternaria, cuando el hombre iniciaba su andadura por la tierra, las frías aguas del arroyo de Valporquero empezaron a colarse a través de los poros, fisuras y grietas de la roca caliza disolviendo sus entrañas lenta y tenazmente".*
Es aconsejable llevar ropa de abrigo y calzado adecuado puesto que la temperatura media interior es de 7oC y la humedad, 99%. Las visitas se hacen acompañadas por guías y en grupos de pocas personas. Hay mucho para ver y escuchar en las salas de la Cueva, no sólo las explicaciones de los guías, también la sinfonía que se crea al correr el agua por dentro de las salas producto del deshielo y las lluvias que llenan el arroyo de Valporquero. Se pueden visitar la Gran Rotonda, las Pequeñas Maravillas donde aparecen formas que han sido bautizadas con nombres reconocibles para nosotros, habitantes del siglo XXI: la Torre de Pisa, las Gemelas, la Virgen con el Niño. Otras salas son las de las Hadas, el Cementerio Estalactítico, la Gran Vía, la Columna Solitaria, la de Maravillas, llamada así porque miles de puntiagudas estalactitas desenfocan la vista apretándose en una catarata de color que guarda los secretos más íntimos de la cavidad.
Cuando salimos y en la boca de la Cueva volvemos a ver la luz del día se siente un extraño sentimiento de pequeñez, de brevedad, acaso, ante tamaña expresión de la naturaleza. Mientras, la montaña invita a levantar la vista y llevar grabado su recuerdo. Desde el mirador "La Atalaya" se puede ver la entrada a las Hoces de Vegacervera, un profundo cañón cuyo origen fue la erosión del río Torío sobre la roca caliza. El mismo río rodeado de hayas, robles y enebros y con importante avifauna que es jactancia de los pescadores de truchas con mosca.
En los alrededores de la Cueva el viajero encontrará restaurantes para degustar la gastronomía típica de la región y también hay hostales y casas rurales donde pasar la noche. Observar el cielo a la medianoche como un inmenso paño bordado por manos divinas y el rumor del río cercano hace del viaje a las Cuevas de Valporquero una experiencia inolvidable.
*Gentilesa Consorcio Provincial de Turismo - León
Cuevas de Valporquero: peculiar testigo de la historia de la tierra
Hay lugares que suscitan interés sólo al nombrarlos. Ir a conocer una cueva no es algo que puede hacerse a menudo y más aún si se halla en la Cordillera Cantábrica a 1386 metros de altura.
Dejando la ciudad de León atrás por la carretera LE311 se llega hasta Matallana de Torío y en esta localidad setoma la LE 315 hasta Felmín, un pequeño y agradable pueblo a 108 metros de altura sobre el nivel del mar donde solamente viven veintinueve personas. Estamos en medio de la Montaña Central Leonesa y desviando a la izquierda por una carretera comarcal se llega hasta la playa de estacionamiento -gratuita -de la Cueva de Valporquero. Ya está planteada la invitación a contemplar este espacio privilegiado: una catedral en el interior de la montaña, un viaje al centro de la tierra.
Pacientemente, el agua ha hecho su trabajo en la roca durante miles de años convirtiendo la Cueva en un paisaje sorprendente. "Hace más de un millón de años, en el Pleistoceno de la era Cuaternaria, cuando el hombre iniciaba su andadura por la tierra, las frías aguas del arroyo de Valporquero empezaron a colarse a través de los poros, fisuras y grietas de la roca caliza disolviendo sus entrañas lenta y tenazmente".*
Es aconsejable llevar ropa de abrigo y calzado adecuado puesto que la temperatura media interior es de 7oC y la humedad, 99%. Las visitas se hacen acompañadas por guías y en grupos de pocas personas. Hay mucho para ver y escuchar en las salas de la Cueva, no sólo las explicaciones de los guías, también la sinfonía que se crea al correr el agua por dentro de las salas producto del deshielo y las lluvias que llenan el arroyo de Valporquero. Se pueden visitar la Gran Rotonda, las Pequeñas Maravillas donde aparecen formas que han sido bautizadas con nombres reconocibles para nosotros, habitantes del siglo XXI: la Torre de Pisa, las Gemelas, la Virgen con el Niño. Otras salas son las de las Hadas, el Cementerio Estalactítico, la Gran Vía, la Columna Solitaria, la de Maravillas, llamada así porque miles de puntiagudas estalactitas desenfocan la vista apretándose en una catarata de color que guarda los secretos más íntimos de la cavidad.
Cuando salimos y en la boca de la Cueva volvemos a ver la luz del día se siente un extraño sentimiento de pequeñez, de brevedad, acaso, ante tamaña expresión de la naturaleza. Mientras, la montaña invita a levantar la vista y llevar grabado su recuerdo. Desde el mirador "La Atalaya" se puede ver la entrada a las Hoces de Vegacervera, un profundo cañón cuyo origen fue la erosión del río Torío sobre la roca caliza. El mismo río rodeado de hayas, robles y enebros y con importante avifauna que es jactancia de los pescadores de truchas con mosca.
En los alrededores de la Cueva el viajero encontrará restaurantes para degustar la gastronomía típica de la región y también hay hostales y casas rurales donde pasar la noche. Observar el cielo a la medianoche como un inmenso paño bordado por manos divinas y el rumor del río cercano hace del viaje a las Cuevas de Valporquero una experiencia inolvidable.
*Gentilesa Consorcio Provincial de Turismo - León
Qué malo es leer después de haber presionado el botón "Enviar"! Gentileza lleva zzzzzzzzzzzzzzzzz