Con permiso de Pilarina que lo saco de una noticia del Diario de León hace un tiempo atras,
“La tradición leonesa del filandón opta ya a ser uno de los diez tesoros de la cultura intangible de España, según ha dictaminado el Bureau Internacional de Capitales Culturales, lo cual constituye el primer paso para convertirse en patrimonio inmaterial de la Unesco, que es el objetivo último que se ha marcado el Ayuntamiento de la capital.
El Buró Internacional de Capitales Culturales ha recordado que el objetivo de estas declaraciones, tanto de la española como de la mundial, es el de «promover, divulgar y salvaguardar los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades y grupos reconocen como parte de su patrimonio cultural”».
Me parece un notición para nuestro Calecho, que es el primer (y seguramente único) Calecho Digital que existe. Pienso que tendríamos que cuidarlo trasmitiendo y contando noticias, cuentos, adivinanzas e historias fantásticas para que no se pierdan.
“El calecho de la montaña occidental es algo similar al filandón, aunque tenía lugar en verano y antes de cenar.
El filandón (término que procede del leonés filare, hilar), también conocido como filorio, filanderu, filandar, fiandón, hilorio, hilandón, hilandar, hila o jila, según las comarcas, es una reunión espontánea, normalmente nocturna e invernal, en casa de uno de los vecinos del pueblo: las mujeres para hilar (de ahí su nombre) y los hombres para ejecutar pequeños trabajos como labrar o entarucar madreñas, tejer cestos, etc., en el transcurso de las cuales se contaban historias, cuentos, adivinanzas (es decir, cosillinas), anécdotas, romances... cumpliendo una importante labor de socialización y de trasvase generacional de la cultura de padres a hijos. Además de historias y relatos, el filandón también solía derivar en baile abierto si entre los presentes había alguna panderetera habilidosa. Se trata de una tradición compartida con Galicia, Asturias y el resto del Reino de León (en la Cabrera y zonas de Zamora y Salamanca se le conoce también como serano)”
¿Y por qué no utilizar en él (para que no se olviden) aquellas palabras tan nuestras, que escuchábamos a nuestros mayores, aunque entonces pensáramos que se expresaban mal?
“La tradición leonesa del filandón opta ya a ser uno de los diez tesoros de la cultura intangible de España, según ha dictaminado el Bureau Internacional de Capitales Culturales, lo cual constituye el primer paso para convertirse en patrimonio inmaterial de la Unesco, que es el objetivo último que se ha marcado el Ayuntamiento de la capital.
El Buró Internacional de Capitales Culturales ha recordado que el objetivo de estas declaraciones, tanto de la española como de la mundial, es el de «promover, divulgar y salvaguardar los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades y grupos reconocen como parte de su patrimonio cultural”».
Me parece un notición para nuestro Calecho, que es el primer (y seguramente único) Calecho Digital que existe. Pienso que tendríamos que cuidarlo trasmitiendo y contando noticias, cuentos, adivinanzas e historias fantásticas para que no se pierdan.
“El calecho de la montaña occidental es algo similar al filandón, aunque tenía lugar en verano y antes de cenar.
El filandón (término que procede del leonés filare, hilar), también conocido como filorio, filanderu, filandar, fiandón, hilorio, hilandón, hilandar, hila o jila, según las comarcas, es una reunión espontánea, normalmente nocturna e invernal, en casa de uno de los vecinos del pueblo: las mujeres para hilar (de ahí su nombre) y los hombres para ejecutar pequeños trabajos como labrar o entarucar madreñas, tejer cestos, etc., en el transcurso de las cuales se contaban historias, cuentos, adivinanzas (es decir, cosillinas), anécdotas, romances... cumpliendo una importante labor de socialización y de trasvase generacional de la cultura de padres a hijos. Además de historias y relatos, el filandón también solía derivar en baile abierto si entre los presentes había alguna panderetera habilidosa. Se trata de una tradición compartida con Galicia, Asturias y el resto del Reino de León (en la Cabrera y zonas de Zamora y Salamanca se le conoce también como serano)”
¿Y por qué no utilizar en él (para que no se olviden) aquellas palabras tan nuestras, que escuchábamos a nuestros mayores, aunque entonces pensáramos que se expresaban mal?