Jajjajjjaja por aquí ando aún. Los panes que dices...

¡Felicz tarde/noche para tod@s l@s paisan@s de Canales-La magdalena y para l@s compañer@s de este foro!

En mi niñez prácticamente cada fin de semana y veranos nuestro lugar preferido era el pueblo y que decir de las navidades, hacía un frío espantoso pero nos daba lo mismo, fue una niñez tan enriquecedora de todo, pero sobre todo de cariño que…. (hermosos recuerdos).
Conocíamos palmo a palmo los montes que lo rodean, Yoli, Tita y Toño, (hermanos de Yoli), y mis primos Álvaro y Maripaz, nos recorríamos capitaneados por abuelita todos los montes de la zona.

Con esta otra imagen…..

Hoy os voy a contar una de esas excursiones:

EXCURSIÓN AL “ABESEO” (monte que esta, frente a la casa de los abuelos).

Subiendo por valdoreo, hasta la collada, bajábamos al “arrollo de san Vicente, donde hacíamos la parada para devorar una hermosa rebanada de pan de hogaza y un consistente trozo de tocino de jamón que nos había preparado abuelita y nunca mejor dicho, nos sabía a gloria y animaba (decía abuelita) a continuar el camino.
En este lugar había un pequeño castro de piedra en forma circular o semicircular, no recuerdo bien, que según explicaba la abuela Lupe, no se sabe si leyenda o realidad, la construcción era de unos antiguos moradores de tez muy oscura y un dialecto muy raro de los que nunca más se supo, se desconoce si desaparecieron por que murieron a causa de la peste, nada raro en esa época.
También nos explicaba que hubo una ermita en honor a San Vicente, que daba nombre al valle, donde nunca faltaba un baso con agua y aceite con una palomilla (objeto de cartón de forma redonda del tamaño de una peseta antigua) que tenía una pequeña mecha en el centro, siempre encendida.
Nos continuaba diciendo que sobre la ermita se hablaba en el filandero de una historia/leyenda de un sacristán que con mucho esmero, una vez a la semana, se ocupaba que dicha lámpara siempre estuviera encendida.
Pero he te aquí, que un día un pastor pasó por allí y como no tenía nada más que pan para comer le preguntó a San Vicente…. ¿San Vicente, me dejas mojar en la tú aceite?... y como San Vicente a su pregunta no le contestaba….. el pastor se dijo…. el que calla consiente, así que ni corto ni perezoso utilizó el aceite de la lámpara para untar el pan.
El sacristán extrañado de la falta del aceite, optó por esconderse para averiguar lo que estaba pasando, ocultándose en la penumbra. Cuando llegó el pastor y con las mismas después de hacer la misma pregunta a San Vicente, se dispone a untar el pan….. el sacristán cogiendo un palo se abalanza contra el a garrotazo limpio, huyendo el pastor despavorido olvidándosele el zurrón en la huida.
Al día siguiente, el pastos, muy decidido, pero asustado, entra en la oscura ermita y le dice al Santo….. San Vicente cara de ladrón no vengo por la tú aceite, que vengo por mi zurrón.
Entre risas y bromas, de tan divertida historia, y después de la merendola emprendimos camino a casa pasando por la cola del pantano de Selga y somata.

Bueno chic@s. Mañana más.

¡Hola sobri! me gustan tus recuerdos por que son los míos, ¡Qué buenas tardes pasamos recorriendo los montes de nuestro querido pueblo con la abuela Lupe ¡y cómo caminaba la jodia! todos sus nietos y yo su hija, siempre íbamos detrás, era incansable. Recuerdo muy bien aquellas tardes escuchando sus historias y degustando aquellas modestas viandas que nos sabían a gloria, ¡Y qué atracones de moras por el camino de los Regachos! Los brunos, las agrinas, los majuelos, las acederas, todo nos venía bien y en septiembre las avellanas del Espinadal
Unmmmmm ¡que ricas! es una pena que los niños de hoy se estén perdiendo todo eso, mi nieta con lo que mas se entretiene es con los dibujos de la tele y el ordenador. En fin, otros tiempos otras costumbres

¡Hola Yoli! Buenas tardes/noches. También me acuerdo de aquellos panes silvestres, ¿Como se llamaban?. Pero lo que más recuerdo son los atracones de moras, ¡Que ricas!. Antes las había por todas partes hoy ya no he visto tantas. Y.... ¿Los tapaculos o zampa-culos o pica culos?, (vaya nombrecitos) jajajaja, tenían la piel roja y por dentro eran amarillos y granados ¿te acuerdas?

Jajjajjjaja por aquí ando aún. Los panes que dices creo que eran las semillas de las malvas y los picaculos también se llaman agabanzas y son el fruto del rosal silvestre, cuando estaban maduros se apretaban y les salía una especie se mermelada que estaba muy buena, lo malo es que tenían unas agujitas minúsculas que si te las comías te picaba el culo jajjajajaja por eso el nombre
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Desde luego la cantidad de flor silvestre comestible que había antes en los montes o laderas de caminos, yo ahora no veo tantas, o es que ya no se mirar...