Hola a tod@os. Vamos a continuar con algunas historias de León. En esta ocasión con:
El milagro del sordomudo.
León, tierra de posadas y tabernas, tenía visitas de ilustres personajes por lo que las historias sobre ellos se sucedían muy a menudo. Y en una de estas visitas se basa esta leyenda...
Uno de esos días llegó a la famosa "posada de la Nuña", que se encontraba situada en el entorno de la Basílica de San Isidoro, un comerciante de Astorga conocido como Somoza. Venía con su joven ayudante o protegido, huérfano de padre y de madre y sordomudo. Una vez que habían tomado habitación quedó en salir para resolver sus asuntos, indicando a la posadera que vigilara al muchacho dadas sus especiales características.
El milagro del sordomudo.
León, tierra de posadas y tabernas, tenía visitas de ilustres personajes por lo que las historias sobre ellos se sucedían muy a menudo. Y en una de estas visitas se basa esta leyenda...
Uno de esos días llegó a la famosa "posada de la Nuña", que se encontraba situada en el entorno de la Basílica de San Isidoro, un comerciante de Astorga conocido como Somoza. Venía con su joven ayudante o protegido, huérfano de padre y de madre y sordomudo. Una vez que habían tomado habitación quedó en salir para resolver sus asuntos, indicando a la posadera que vigilara al muchacho dadas sus especiales características.
Pero al poco de abandonar su amo la posada, para resolver sus asuntos de negocios, el chico, y la curiosidad que se tiene a esas edades, no pudo por menos que salir por las transitadas calles de León. Comenzó a caminar con el asombro de alguien que está descubriendo un nuevo mundo para el.
Correteando por la diversas calles de León, se topó con la Basílica de San Isidoro y la curiosidad le llevó a entrar en el templo.
En ese momento se oficiaba una misa y el chico ni corto ni perezoso se situó en la primera fila para observar todo aquello. En esos momentos vió como un señor vestido de forma lujosa, con muchos ornamentos parecía dirigirse a él. El chico no pudo por menos que verse totalmente sorprendido y absorto. Se quedó con la boca abierta. Aquel extraño personaje se dirigió a él y le dijo: "Quedas curado y tus ligaduras sueltas. Da gracias a Dios".
Correteando por la diversas calles de León, se topó con la Basílica de San Isidoro y la curiosidad le llevó a entrar en el templo.
En ese momento se oficiaba una misa y el chico ni corto ni perezoso se situó en la primera fila para observar todo aquello. En esos momentos vió como un señor vestido de forma lujosa, con muchos ornamentos parecía dirigirse a él. El chico no pudo por menos que verse totalmente sorprendido y absorto. Se quedó con la boca abierta. Aquel extraño personaje se dirigió a él y le dijo: "Quedas curado y tus ligaduras sueltas. Da gracias a Dios".