Mulhey Hacén enamorado.
Esta podemos decir que es la leyenda del moro enamorado de una cristiana. Por aquel entonces, el siglo XV, la relaciones de los cristianos con los moros y judíos que abundaban en los barrios de Santa Ana, Puente Castro y aledaños del Barrio San Martín, no eran buenas, ya que se les acusaba de pillaje, robos e incluso algún que otro asesinato.
Esta podemos decir que es la leyenda del moro enamorado de una cristiana. Por aquel entonces, el siglo XV, la relaciones de los cristianos con los moros y judíos que abundaban en los barrios de Santa Ana, Puente Castro y aledaños del Barrio San Martín, no eran buenas, ya que se les acusaba de pillaje, robos e incluso algún que otro asesinato.
Las calles del barrio de San Martín estaban pobladas de artesanos y había mucha actividad comercial por lo que era un barrio ideal para hacer de las suyas.
Pero cuenta la historia, que Elvira, una tarde noche de invierno, salió de su casa para llevar una pequeña jarrita de aceite a la imagen del señor que por aquel entonces (y hasta hace pocos años) se exponía en la calle Matasiete. Cuando estaba rezando ante la imagen y depositaba su ofrenda de aceite, alguien se le acercó por detrás y ella del susto cayó desmayada.
Aquella persona asustada huyó; a tal tiempo pasó un viandante y empezó a gritar que había una mujer muerta en el suelo y que había visto salir corriendo a una persona.
Pero cuenta la historia, que Elvira, una tarde noche de invierno, salió de su casa para llevar una pequeña jarrita de aceite a la imagen del señor que por aquel entonces (y hasta hace pocos años) se exponía en la calle Matasiete. Cuando estaba rezando ante la imagen y depositaba su ofrenda de aceite, alguien se le acercó por detrás y ella del susto cayó desmayada.
Aquella persona asustada huyó; a tal tiempo pasó un viandante y empezó a gritar que había una mujer muerta en el suelo y que había visto salir corriendo a una persona.