LA TRAIDORA MUERTE DE DON SUERO (S XV)
¡Quién lo diría! A los veinticuatro años y un día de inaugurarse los “fechos de armas” Passo Honroso, el que fue capitán mayor, don Suero de Quiñones, que, armado de pies a cabeza como centauro de metal (“sin escudo ni tarja”), había competido en las armas buscando la “ deliberación” del cautiverio amoroso en el qye se hallaba, halló (valga la redundancia) la muerte más vil que existe: apuñalado a traición por una cuadrilla en una noche clara, cuajada de estrellas, de un apacible verano.
Ni siquiera los traidores tuvieron la hombría de atacarlo uno por uno, sino “todos juntos, como es costumbre y mala usanza de los de vuestra ralea” que dría Don Quijote (I, capítulo III).
¡Quién lo diría! A los veinticuatro años y un día de inaugurarse los “fechos de armas” Passo Honroso, el que fue capitán mayor, don Suero de Quiñones, que, armado de pies a cabeza como centauro de metal (“sin escudo ni tarja”), había competido en las armas buscando la “ deliberación” del cautiverio amoroso en el qye se hallaba, halló (valga la redundancia) la muerte más vil que existe: apuñalado a traición por una cuadrilla en una noche clara, cuajada de estrellas, de un apacible verano.
Ni siquiera los traidores tuvieron la hombría de atacarlo uno por uno, sino “todos juntos, como es costumbre y mala usanza de los de vuestra ralea” que dría Don Quijote (I, capítulo III).