1/2 Los medios te dan, los medios te quitan: a propósito de Podemos, Ciudadanos y UPyD.
La oscilante y caprichosa bolsa de votantes a merced de los vientos mediáticos.
El voto del 'hagan lo que hagan, yo les voto'. A lo largo de las tres décadas largas que llevamos de restauración borbónica, el nivel de "fidelidad" del electorado del
PP y del
PSOE ha sido siempre bastante considerable, marcando un umbral por debajo del cual ambos partidos es difícil que caigan. Aun en el momento actual, a pesar de estar sufriendo la imagen de estos dos partidos un duro golpe, muestran un nivel de resistencia más sólido de lo que nos gusta pensar. Es difícil creer que puedan caer por debajo del actual umbral que muestran las
encuestas (por muy cocinadas que estén). Tanto el PP como el PSOE (mucho más el PP, por supuesto), tienen un alto porcentaje de votantes dispuestos a creer lo que quieren creer y que no cambiarán su voto. Es una parte de la pesca que ya está vendida y es la mayor parte. También la izquierda -en sentido estricto-, posee un umbral mínimo (aunque bajo) de votos por debajo del cual es impensable que caiga, pero es otro tema.
La bolsa oscilante. En este largo período (para aclararnos: post-UCD), ha existido siempre una amplia bolsa de votantes en parte indecisos, y en parte oscilantes, que han ido pasando del PSOE al PP y del PP al PSOE cíclicamente, facilitando la alternancia del bipartidismo. Y salvo en algunas de las citas electorales, esta bolsa es la que ha decidido el color del
gobierno. Tras el desgaste del PSOE felipista, el viento mediático la llevó al PP de Aznar, y tras el desgaste de éste, al PSOE de Zapatero y de ahí al PP de Rajoy. Hay quien calcula en torno a 2 millones de votantes el volumen de esta bolsa; hay quien afirma que es algo más grande y quien sostiene que es algo más pequeña. Pero, en resumidas cuentas, lo importante es:
•A) es la parte del pescado que no está vendida.
•B) es el sector más influenciable por los
medios de comunicación, porque sin ser hooligans del PP o del PSOE, se mueven en función de ese viento mediático y de una percepción de la realidad que crean los medios.
•C) es un sector abonado para el ninismo (ni derechas ni de izquierdas), seducido por eso que llaman la centralidad del tablero (término difuso y muy cuestionable), cuya libido
política es especialmente sensible a lo nuevo, ya sean caras nuevas o cualquier cambio de look
político; muestra pasión por el maquillaje político.
•D) en circunstancias normales, es un caladero de pesca del PP y del PSOE (en función de la etapa del ciclo político, pescará uno o pescará el otro); ambos partidos saben que el control de esa bolsa es vital.
Los medios te dan, los medios te quitan.
Los medios de comunicación son los grandes arquitectos de la arena política. Detrás está lógicamente el capital que controla los medios. Es importantes que consideremos que son mucho más que un simple negocio, como dicen los que justifican la participación en el circo tertuliano y la moda de permitir que los líderes de la izquierda salgan del casting mediático. Los medios son el principal instrumento de control político y el principal agente de socialización política. Si solo se tratase de un simple negocio, os aseguro que el capital financiero no habría acudido a socorrer empresas de medios en estado ruinoso (léase por ejemplo "Medios. El Cuarto Poder, abducido" o "Un cuarto poder de rodillas ante el Banco Santander").
Los medios tienen, como dije antes, una especial influencia sobre esa gran bolsa de votantes que oscila según sople el viento. Y con ella ha trabajado para influir y condicionar la vida política. Pero tal influencia únicamente funciona con lo que llamamos partidos atrápalotodo (ver " ¿Qué es un partido atrápalotodo (catch-all party) y qué es la transversalidad?"). ¿Por qué? Por las características de estos partidos, especialmente por tres de estas características (hay más, por supuesto):
•Son partidos más que ideológicamente débiles, con una ideología intencionadamente difusa, ambigua. La pérdida de músculo ideológico se debe a que cuanto más ambiguos resultan ideológicamente más votos captan.
•Son partidos en torno a la figura del líder; dependen de su condición carismática.
•Son partidos que pierden el vínculo de identificación con ciertos sectores sociales (la "class-gardée" dice Kirchheimer), para ganar el favor de votantes muy diversos (de ahí que cultiven el interclasismo y un lenguaje vago en torno a categorías conceptuales como "la gente", "los ciudadanos", etc.).
El problema de estos partidos es que, por sus características, son altamente dependientes de los medios de comunicación. Su suerte depende del apoyo o rechazo de los medios. Son el juguete político en manos de la industria mediática. Y por ello no debe extrañarnos que sea esta industria la que haya promovido tales partidos.
UPyD
El primer gran experimento mediático en tiempos recientes, fue el partido UPyD, surgido en 2007 en torno a la figura de
Rosa Díez, una persona que lleva toda su vida viviendo de la política. Rosa Díez se fue del PSOE vasco cuando no consiguió imponer su postura (lo cual me recuerda a cierto señor que quería liderar la lista de IU para las europeas y al no conseguirlo montó un chiringuito político).
Inicialmente tonteó con la asociación Ciutadans de Catalunya (germen del actual partido Ciudadanos), pero un ego obeso como el de esta política y el apoyo y aplauso que recibía de los medios conservadores, la animaron a montar su propio circo, naciendo así UPyD. Un partido ni-ni: ni de derechas ni de izquierdas, cuya ideología la definen en base a etiquetas como: progresismo, socioliberalismo, reformismo, centrismo radical, constitucionalismo, transversalismo, patriotismo
español, etc. Todos los ingredientes para una buena ensalada política atrápalotodo.
De la noche a la mañana, UPyD alcanza cierto éxito en base a que los medios conservadores se volcaron con especial energía con Rosa Díez, como parte de una estrategia para quitarle votos al PSOE.
Votos, ¿de dónde? Votos de esa gran bolsa oscilante que mencionaba antes y que ha sido el caladero de pesca de UPyD. Hubo una época en que tales medios metían a Rosa Díez hasta en la sopa, en una etapa post-aznárida en donde la bolsa oscilante de votos era más fácil que se inclinase del lado del PSOE que del PP. La función de UPyD, por la cual tales medios promocionaron a este partido, fue desgastar al PSOE de Zapatero, toda vez que no era una amenaza electoral para el PP.
Pero... los medios te dan y los medios te quitan. Una vez que UPyD dejó de ser útil, desde antes ya de las
elecciones europeas del pasado año, los mismos medios que habían arropado a este partido, comenzaron una campaña de presión que en principio fue muy sutil, pero que luego fue subiendo de tono a medida que iban pasando los meses. Presión, ¿en que sentido?
En el sentido de forzar el entendimiento entre UPyD y Ciudadanos (mucho antes de que a Ciudadanos le hiciesen la brutal promoción mediática que este año recibió). En cadenas como la COPE e Intereconomía, era frecuente escuchar a tertulianos insistir en que UPyD y Ciudadanos debían unirse o al menos entenderse electoralmente; parecía una obsesión en las tertulias de unos medios que actúan a favor del PP. Al principio esta "consigna" se escuchaba -como decimos coloquialmente- de buen rollo. Pero el buen rollete fue cambiando a causa de los oídos sordos de Rosa Díez.
Entonces empezaron a desfilar los críticos de UPyD que, lógicamente, insistían en el mismo mensaje de confluencia con Ciudadanos. Cuanto más tiempo pasaba y más sordera mostraba Rosa Díez, más duro se iba haciendo el mensaje y las intervenciones de los críticos. Hay un momento en que Rosa Díez cede a la presión de estos medios y dialoga con Ciudadanos, como posiblemente recordéis.
El resultado fue nulo: Rosa Díez se cierra en banda, rechaza cualquier posibilidad de acuerdo y, a partir de ahí, se levanta la veda contra ella en los medios que tanto la habían mimado, con intervenciones y críticas realmente muy duras y con protagonismo de críticos de UPyD o de gente que abandona ese partido. El resultado final es que actualmente UPyD es poco menos que un moribundo político como partido. Los medios te dan y los medios te quitan. Por cierto, buena parte de los que abandonan UPyD están entrando en Ciudadanos.